Un cómico irrumpe en las presidenciales ucranianas
Sin olvidarse de Rusia, en Ucrania se hace política a base de escándalos. El próximo 31 de marzo se celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Con la popularidad del actual presidente, Petró Poroshenko, por los suelos, esta exrepública soviética carece de una alternativa clara en los comicios más inciertos de su historia. Los tres principales candidatos echan mano del enemigo ruso cuando les viene bien y, cuando no, también disponen de un escándalo por semana. Y como las diferencias son mínimas cualquiera de los demás rivales (hasta 39) podría meterse a codazos en el grupo favorito en la recta final de esta incierta campaña electoral.
Poroshenko llegó a la presidencia en el 2014, impulsado por la revolución prooccidental de ese año y enarbolando un programa de reformas. Pero el fracaso en la lucha contra la corrupción y el largo conflicto con Rusia (anexión de Crimea y guerra del Donbás) le han pasado factura. La alternativa parecía ser la exprimera ministra Yulia Timoshenko, heroína de la revolución naranja del 2004. Ella encabezaba todas las encuestas el año pasado. Pero la irrupción de un candidato nuevo, el actor cómico Volodimir Zelenski, ha dado la vuelta al panorama electoral.
Zelenski, que en el 2015 protagonizó la serie de televisión El sirviente del pueblo dando vida a un profesor de instituto que se convierte en presidente del país, tiene ahora grandes posibilidades de ser elegido de verdad como el primer mandatario de Ucrania. No será en esta primera vuelta, para lo que habría que obtener mayoría absoluta. Pero las encuestas le otorgan entre un 17 y un 25 % de los votos. Poroshenko y Timoshenko llegarían, según la empresa Rating, al 16 %.
Zelenski, de 41 años, ha logrado atraer la atención de los desencantados, especialmente los más jóvenes. Casi un 30 % de los votantes entre 18 y 39 años votaría por el showman. “Ha sido capaz de captar y movilizar la ola de descontento con los políticos viejos y, en general, con la situación del país. El campo que tiene ante él es enorme: más del 70 % de la población cree que el país se mueve en una dirección equivocada, y el nivel de desconfianza en las instancias políticas sigue aumentando”, ha dicho el politólogo Ígor Petrenko al portal Apostrophe.ua.
Los equipos de sus adversarios atacan a la nueva estrella intentando sembrar dudas por su inexperiencia política. Pero la verdadero pelea electoral se disputa con escándalos.
Los escándalos de corrupción y la aparición del actor Zelenski marcan la campaña
El 4 de marzo la policía encontró un sofisticado equipo de escuchas cerca de un local utilizado como oficina por el equipo electoral de Zelenski. Resultó que lo habían colocado los servicios de seguridad para un fin no aclarado, pero oficialmente sin relación con las elecciones.
Más tinta y manifestaciones ha provocado el último escándalo de corrupción. Una investigación periodística descubrió a finales de febrero que altos funcionarios próximos a Poroshenko han estado vendiendo de contrabando a las empresas de defensa piezas de repuesto para equipos militares con un sobrecoste del 300 %. Desde el equipo de Poroshenko se acusa a sus rivales de usar los mismos argumentos que Rusia utiliza para criticar al gobierno de Kíev.
Con estos escándalos, los expertos no descartan un baile de votos. E incluso que los candidatos rezagados se enganchen al pelotón de cabeza. El descontento y el número de indecisos es tan alto, 25-30 %, que el resultado es absolutamente impredecible. La segunda vuelta, ya con sólo dos candidatos, está prevista para el 21 de abril.