Las viñetas olvidadas de Gila
Hoy se cumplen cien años del nacimiento del humorista
Un teléfono en la mesa, un uniforme de militar y un casco. Puede que esta sea la imagen más recordada de Miguel Gila, pero en su trayectoria profesional también plasmó su humor en viñetas. Para conmemorar el centenario de su nacimiento, una exposición del museo online Humoristan.org recupera sus primeras obras, dibujadas hace unos 75 años y olvidadas desde entonces.
Gila empezó publicando en revistas como Cucú y Maravillas .En 1944 sus viñetas, marcadas con un ingenio agudizado por la censura, saltaron a La Codorniz. “Lo que realmente le gustaba era dibujar”, asegura el ilustrador José Antonio Fernández, Fer. Creaba personajes grotescos y narigudos con un grafismo naif y simplista. “Si algo tienen sus dibujos es que son rápidamente reconocibles”, explica el dibujante Jaume Capdevila, Kap, quien asegura que su estilo no se originaba en la falta de talento para dibujar. “Fue su elección. Conseguía realzar la fuerza del humor”.
Más allá de sus trazos, el éxito de Gila provenía de su gran ingenio. “Tenía el humor de Quevedo”, dice Fer. A ello se sumaba su capacidad para “hacer humor de las cosas más serias con esa mirada de inocencia”, subraya Kap.
Una de las tragedias que banalizó fue la violencia de género, aunque sus referencias no siempre fueron entendidas como una condena. “Sé que sus viñetas en alguna ocasión han creado controversia, incluso se ha tildado alguna de machista, lo cual es lo más lejano a lo que mi padre pretendía”, lamenta la hija del humorista, Malena Gila, y añade que “tristemente sus viñetas contra la violencia machista hoy seguirían estando vigentes”.
La violencia era, de hecho, uno de los temas más repetidos en sus creaciones. Sobre ello discutirán hoy en Santander Fer, Eneko, Carolina Domínguez y Estrella Caso, en una mesa redonda para rememorar, como decía el humorista José Luis Coll, a “la carcajada del siglo XX”.