Mascarillas globales
Sensalia Labs factura 3 millones con la distribución de cosmética de Corea del Sur a 20 países
Las mascarillas faciales están de moda. Por las redes corren selfies de influencers con la cara impregnada de sustancias blancas, doradas, verdes y negras. Se compran en perfumerías, supermercados y farmacias, a categorías y precios distintos. El boom llegó a Europa en el 2015 pero mucho antes, la empresa catalana Sensalia Labs había empezado a importarlas de Corea del Sur, país cuya cosmética goza de gran tradición.
La fundadora del negocio, Puri Martínez, contaba con experiencia en el ámbito de las ventas al extranjero y fue precisamente en un viaje a Oriente donde descubrió el éxito masivo de las mascarillas en tisú. “En Europa, sólo se vendían en la categoría de lujo y decidí traerlas a precios asequibles. En el año 2004, fundé Sensalia en Mataró. La idea era crear marca desde aquí, importar las mascarillas de Corea del Sur y distribuirlas en tiendas y centros de estética”.
En contra de lo habitual, Puri Martínez y Carlos Pérez (socio fundador que se desvinculó del negocio en el 2015) empezaron por el mercado extranjero en lugar del nacional. Contaban con experiencia previa así que se aliaron con distribuidores locales en cada país donde entraban. El Reino Unido fue uno de los primeros (en cadenas como Boots) y se expandieron por Francia, Noruega, Italia, Estados Unidos... España representaba un porcentaje ínfimo del negocio hasta que en el 2015, Martínez decidió apostar por el país de la mano de distribuidores propios. Ahora, los productos de Sensalia Labs –mascarillas y también ampollas faciales– se pueden encontrar en las estanterías de tiendas de 20 países de todo el mundo, incluso en China (!), donde las marcas europeas tienen caché venga de donde venga el producto.
La compañía siempre ha basado su estrategia en dos marcas: Iroha Nature, de gama media baja para el canal perfumería, centros de estética y grandes superficies (cuenta con 40 referencias y representa el 70% del negocio) y Facialderm, de gama alta, con diez referencias y distribuida en farmacias.
En Mataró, 20 personas llevan a cabo el diseño de las marcas, el marketing y la gestión de la venta de los productos, que se distribuyen a través de almacenes que la compañía tiene en el ZAL del puerto de Barcelona.
Con este modelo de negocio, la compañía asegura que en el 2018 facturó alrededor de 3 millones de euros, de los cuales el 27% provino del mercado estatal y el resto fueron exportaciones. Este año, Martínez prevé mantener la cifra de negocio e invertir alrededor de medio millón de euros en la diversificación de productos hacia la gama de cremas faciales. Además, la firma quiere potenciar las ventas en Estados Unidos, donde en un futuro quiere abrir una filial.
Creada en el 2004, la firma fue de las pioneras en introducir las mascarillas a precios asequibles