La diseñadora que hace moda del arte más urbano
Anna Cortina ha convertido sus bolsos en el lienzo de artistas como Philippe Boonen o Garbi KW
Tras haber colaborado con firmas como Balenciaga, Givenchy, Chloé, Lanvin, Paco Rabanne o Bruno Frisoni, Anna Cortina se enfrentó (con éxito) hace algo más de una década al reto de introducir en España el proyecto Be a Bag de la mano de su directora creativa Anya Hidmarch. Entonces ya se vio arrastrada por la pasión a la que ahora se dedica en cuerpo y alma. La que está posicionado su nombre y el concepto de #ArtMeetsFashion (aunar artistas moda, artesanía y bolsos bajo una misma marca) como un imprescindible en el sector del lujo. Aquí, pero también en Tokio y en Nueva York, donde sus propuestas que combinan arte y moda se han convertido de un año para otro en auténticos objetos de deseo.
Lo que diferencia por completo sus bolsos (y bandoleras, mochilas y maletas...) de las que puedan ofrecerse en el resto del mercado del lujo es que son auténticos lienzos de arte. Ella es la responsable del diseño de todas las creaciones, pero los artistas que escoge para que las completen y las transformen tienen total libertad para expresarse en su propio lenguaje. Así es como Anna Cortina se ha erigido en una diseñadora aclamada, pero también en la galerista y mecenas de una generación que apuesta por un tono peculiar. Sus bolsos (artesanos como las obras de arte que incluyen) son divertidos y tienen un punto de humor. “En la colección para este verano nos hemos inspirado en la luz del Mediterráneo y en el concepto de animalizar al ser humano. Encontrar ese animal que se lleva dentro”, expone a modo de ejemplo.
Anna Cortina resume así su éxito: “Mis propios diseños sirven de lienzo para expresar una nueva forma de arte, creando piezas vivas y en constante innovación. Todos los bolsos son ediciones limitadas que pintan a mano seis artistas internacionales: Philippe Boonen (el famoso ilustrador ha creado para mí las colecciones Cosmos y Animales urbanos, antes estuvo con Sonia Rykiel y Chanel), Ivan Forcadell, Garbi KW, Ghadah Al Ajmi, Kanyc y Andrea Lukacs... Diferentes visiones. Diferentes estilos. Bolsos únicos ”.
Siempre ha considerado que la moda y el arte son dos disciplinas complementarias. Cree que pueden formar un buen matrimonio como en su día demostraron “el tailleur de Chanel, la minifalda de André Courrèges y Mary Quant, la chaqueta desestructurada de Giorgio Armani o el tartán de Vivienne Westwood”.
Con esa necesidad irrenunciable de emparejar estos dos mundos y la seguridad de que aún no está todo inventado, Anna Cortina no sólo ha conseguido abrir mercado en Japón y Estados Unidos y dar los primeros pasos en China, sino que además ha podido desarrollar un proyecto de nuevo del todo diferenciador.
Dice que, por ahora, es su creación más personal y que “tras seis meses intensos de pruebas y prototipos completamente artesanos podría lanzarse antes de que finalice el año”. La parte artística en esta ocasión “es el cierre del bolso que he diseñado y creado personalmente tras inspirarme en un objeto industrial muy presente en nuestro día a día”. Cuenta que “he conseguido mi objetivo de darle un nuevo propósito a un objeto muy cotidiano de origen industrial para convertirlo en el detalle diferencial que pronto se convertirá en nuestro sello de fábrica”.