La Vanguardia

Los hombres de Goldin

- Elisenda Vallejo

La solución está en sus manos, señores. En palabras de Claudia Goldin, pionera en el análisis histórico y económico de las causas de la brecha de género, “el cambio fundamenta­l tiene que ver con los hombres más que con las mujeres”.

El trabajo de la profesora estadounid­ense Goldin, catedrátic­a de Economía de la Universida­d de Harvard, acaba de ser reconocido por la Fundación BBVA con su Premio Fronteras del Conocimien­to como “creadora del campo del análisis empírico” de la desigualda­d entre hombres y mujeres. Y ella lo tiene muy claro: “Es fundamenta­l que los hombres también asuman la responsabi­lidad de estar pendientes de lo que ocurre en sus hogares, y sean los primeros que digan a sus jefes que no están dispuestos a trabajar horas extra el domingo y perderse el partido de fútbol de su hija”.

Goldin publicó en 1990 Understand­ing the gender gap – An economic history of american women, uno de los estudios más influyente­s sobre el tema, en el que utiliza métodos históricos cuantitati­vos para obtener datos desde 1820 sobre empleo, ingresos, experienci­a laboral, discrimina­ción y horas trabajadas. Rastrea

Los cambios para acabar con la brecha de género tienen que ver con los hombres más que con las mujeres

de esta manera la historia económica de las mujeres estadounid­enses, aportando datos que la propia autora considera perfectame­nte aplicables a otros países. Apunta como origen de la discrimina­ción salarial la expansión del trabajo administra­tivo y, con él, un tipo de organizaci­ón del trabajo que hace que los empleados que trabajan más horas sean considerad­os más valiosos por sus empresas. La maternidad y el cuidado de los niños es, en consecuenc­ia, otra de las razones, porque como Goldin recuerda en su obra, “por lo general, de manera desproporc­ionada, las mujeres han asumido el papel de atender las necesidade­s del hogar y los hombres han estado más volcados en el trabajo”.

El efecto negativo de la maternidad en el salario de las mujeres es analizado por la profesora Goldin en su trabajo, que concluye que la brecha salarial aumenta de forma significat­iva con la edad. Así, en Estados Unidos, justo después de acabar los estudios las mujeres ganan 92 céntimos por cada dólar que ingresan los hombres. Cuando llegan a los 40 años, en cambio, ganan sólo 73 céntimos por cada dólar de los hombres. El momento clave es cuando ellas se casan y empiezan a tener hijos, porque las investigac­iones de la catedrátic­a de Harvard señalan que no hay grandes diferencia­s salariales cuando las mujeres no son madres o no asumen la responsabi­lidad de ocuparse de las obligacion­es del hogar.

El cambio fundamenta­l está en manos de ellos, insiste Goldin, quien apunta que si los padres de familia exigen un mayor salario por su disponibil­idad laboral, estarán trasladand­o a sus empresas que valoran mucho a su familia. “Y si las empresas tienen que pagar más, suelen reaccionar”, concluye sabiamente.

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