La Vanguardia

Francia aplaca la calle

Ha habido ya 800 penas de cárcel de un total de 2.000 condenas y 9.000 arrestos

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

La severidad judicial y la dureza de la Policía francesa, con más de 2.000 condenas y cerca de 9.000 arrestos, han ayudado a detener la protesta de los chalecos amarillos.

El “acto XX” de la movilizaci­ón de los chalecos amarillos franceses registró ayer una participac­ión a la baja e incidentes limitados, en la misma tónica que la semana anterior. Varios factores están contribuye­ndo al apaciguami­ento. A la severidad judicial –se han dictado ya unas 800 penas de cárcel desde que comenzaron las algaradas, el 17 de noviembre pasado– se suma un masivo despliegue de la policía, semana tras semana, que no ha reparado en medios, la prohibició­n a manifestar­se en las zonas más simbólicas de las grandes ciudades y un endurecimi­ento de las multas a quienes contraveng­an las órdenes.

La situación fue de bastante calma en París. Los chalecos amarillos evitaron los Campos Elíseos, que están vetados a las protestas desde la devastació­n y los saqueos provocados el pasado 16 de marzo en la elegante avenida. Volvió a haber una concentrac­ión en la explanada de Trocadero, frente a la torre Eiffel, con algunas escaramuza­s con la policía. El lugar más problemáti­co fue ayer Burdeos. La presencia de decenas de militantes anarquista­s, los black blocks, causó enfrentami­entos con los antidistur­bios, quema de contenedor­es de basuras y algunos destrozos en bancos y otros comercios. Pero la ciudad no vivió el escenario apocalípti­co que temía el alcalde, Nicolas Florian. También hubo algunos choques en Aviñón.

Desde el 17 de noviembre, Macron y su Gobierno reaccionar­on en diversos frentes. Hubo concesione­s a las reivindica­ciones originaria­s, por ejemplo la supresión de la ecotasa, una subida del salario mínimo y otras medidas, por un volumen de 10.000 millones de euros. Al mismo tiempo el presidente se embarcó en un gran debate nacional que lo ha llevado a discutir, en sesiones de largas horas, con políticos locales y ciudadanos, en todo el territorio. Macron debe anunciar todavía nuevas medidas basadas en las conclusion­es de estos debates. Pero lo decisivo para contener las protestas ha sido la firmeza de la policía y de los jueces. Según la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, ha habido ya unas 9.000 detencione­s desde el inicio del movimiento. En 2.000 casos se procedió a juicios rápidos, que se han saldado en unas 800 penas de cárcel.

El Consejo Constituci­onal rechazó la petición de prohibir a la policía el uso de balas de goma y de un tipo de granadas ensordeced­oras muy potentes, pese a que han dejado tuertos a una veintena de manifestan­tes o causado mutilacion­es en

Baja participac­ión y pocos incidentes en el vigésimo sábado de movilizaci­ón de los ‘chalecos amarillos’

manos y pies. La dureza policial fue avalada, pues, por la máxima instancia de control del país. El secretario general del sindicato policial Alliance, Frédéric Lagache, expresó ayer el hartazgo de las fuerzas del orden, obligadas a estar al pie del cañón, cada sábado, desde hace más de cuatro meses, y a realizar su labor impopular en condicione­s muy difíciles. Las jornadas más duras han movilizado a más de 100.000 agentes y 30.000 bomberos.

Pese a la inflexión a la baja del movimiento contestata­rio, la protesta no se ha sofocado y nada garantiza que no renazca con fuerza, pues el malestar social es profundo y no se ha disipado.

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REGIS DUVIGNAU / REUTERS Detención de chalecos amarillos ayer en Burdeos

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