Los mensajes de Francisco
EL papa Francisco está en Marruecos este fin de semana, invitado por el rey Mohamed VI, en un viaje que persigue avanzar en el diálogo con el islam y poner el foco en la problemática de las migraciones, que tantas vidas se cobran en el Mediterráneo. Las dos cuestiones, que constituyen una prioridad de su pontificado, se complementan con su voluntad de prestar apoyo a las pequeñas comunidades católicas diseminadas por el mundo, como es el caso de la marroquí, formada fundamentalmente por fieles originarios del África subsahariana, ya que el país es musulmán en un 99%.
Francisco, al igual que en otras ocasiones, se ha pronunciado en contra de toda forma de extremismo religioso y a favor del respeto a todas las creencias, en un claro mensaje a las autoridades de Marruecos, donde el islam es la religión del Estado y donde la tolerancia religiosa está muy restringida y el proselitismo a favor de cualquier otra creencia está perseguido por la ley.
La libertad de conciencia y la libertad religiosa, reclamadas ayer por el Papa en su mensaje público como indisolublemente unidas a la dignidad humana, habían sido calificadas recientemente por un alto cargo del Gobierno marroquí como una amenaza para la cohesión del país. De ahí la importancia del mensaje de Francisco, que hizo un llamamiento a la solidaridad de los creyentes, que deben vivir
como hermanos, frente al fanatismo y el fundamentalismo.
La presencia del Papa en Marruecos no puede desligarse tampoco del hecho de que ese país se haya convertido en la principal vía de las migraciones desde el África subsahariana hacia Europa. Para Francisco la atención a los migrantes, al igual que el diálogo interreligioso, es otra de las prioridades sobre las que quiere intensificar el foco de la Iglesia católica, después de que los escándalos de abusos sexuales hayan centrado la atención de la opinión pública. Así lo deja claramente de manifiesto en la entrevista que ha concedido a Jordi Évole, y que hoy avanza La Vanguardia, donde expresa su dolor por las más de 35.000 personas ahogadas en el Mediterráneo y donde pide un trato digno de la UE, desde la actitud cristiana, con respecto a los migrantes. “Recibir, acompañar, promover e integrar. Si no se dan estos cuatro pasos –dice–, el recibir es incompleto. El sólo recibir y dejarlos en la calle es horrible, es una falta de respeto enorme”. También critica indirectamente a Trump por su proyecto de construir un muro con México.
El Papa, en cualquier caso, actúa desde una posición de gran humildad. Como reconoce en la citada entrevista, el Vaticano no se salva de los límites y vergüenzas de otras sociedades. “Somos hombres –dice–, tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas. Hay que ir limpiando. El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando”.