Márquez, victoria y líder
El catalán arrasa en Argentina: victoria insultante desde la ‘pole’ por más de 10 segundos y liderato del Mundial
El piloto Marc Márquez se impuso ayer en el Gran Premio de Argentina, la segunda prueba de la temporada, y se ha convertido ya en el líder del campeonato de MotoGP. Márquez dio ayer una lección de pilotaje y, partiendo de la pole, lideró la carrera desde la primera a la última vuelta.
“Ha sido un día perfecto”, resumía Marc Márquez. Sin duda, su fin de semana en Argentina fue un ejercicio de perfección: dominó tres de los cuatro entrenamientos, se apuntó la pole (5.ª de las 6 en Termas de Río Hondo), logró la victoria, insultante, con casi 10 segundos de ventaja sobre Valentino Rossi, y lo remató con la mejor vuelta de carrera y asaltando el liderato del Mundial. Mejor, imposible.
Márquez tenía ganas de desquitarse por partida doble, de la victoria que se le resistió por sólo 23 milésimas en Qatar en el estreno del campeonato, y del catastrófico GP de Argentina del 2018, aquel en el que estalló la guerra con Rossi al derribarlo a falta de cinco vueltas y recibir tres castigos de dirección de carrera. Este fin de semana, Marc se ha redimido de golpe con una exhibición.
“Realmente, siento un feeling dulce con la moto”, admitía Márquez, evidenciando que el tándem moto-piloto es el más fuerte del campeonato. Desde el primer día, Marc se dedicó a construir un fuerte ritmo de carrera en los entrenamientos, que ayer sacó a relucir desde la salida. “Sabía que tenía mejor ritmo que los rivales, he tirado fuerte, y he visto que crecía la ventaja, uno, dos, tres segundos... Hasta que al final ya no apretaban y he intentando gestionar los neumáticos”, relataba el 93, que disfrutó de una de sus carreras más plácidas.
Desde la salida, Márquez impuso su ley de emperador absolutista del territorio argentino. Aceleró mejor que nadie desde la posición preferente, conquistó el primer ángulo y emprendió la fuga, al más puro estilo Doohan.La persecución la lideraron Andrea Dovizioso y Valentino Rossi, ya que Maverick Viñales, segundo en la parrilla, volvió a fallar en la salida, como en Lusail. El de Roses se vio superado por cinco pilotos en el arranque y cayó hasta la 8.ª posición, lo que se obligaba al desgaste de la remontada.
Sin Maverick, uno de los que había exhibido mejor ritmo, les tocó a los dos italianos turnarse por seguir de cerca a Márquez. Pero el de Cervera estaba imparable en Termas de Río Hondo y no les dio opción. A media carrera, vuelta 13 de las 25, ya superaba en 9,3 segundos a Dovizioso y en 9,5 a Rossi. Un mundo. Con esa sustanciosa renta, Marc se podía dedicar en la segunda mitad de carrera a gestionar los neumáticos y las distancias. Así pudo hacerlo con los 12,7 segundos, su máxima renta, a falta de 3 giros.
Una estrategia planificada desde el primer ensayo, como ratificaba Santi Hernández, el jefe de mecánicos de Marc: “Creíamos que podíamos tener una carrera de intentar tirar desde la primera vuelta, abrir distancias, pero una carrera así es muy difícil, hay que estar muy concentrado y no bajar el ritmo, y puedes cometer errores. Marc ha hecho una gran carrera”, comentaba el técnico.
Sin amenaza alguna que inquietase su victoria, Marc aniquiló la emoción. El único suspense lo pusieron Rossi y Dovizioso en la lucha por la segunda plaza. Y ahí el Dottore le hizo un favor a Marc:
LA SATISFACCIÓN DEL 93
“Ha sido un día perfecto; sabía que tenía mejor ritmo y he apretado, siento un dulce ‘feeling’ con la moto”
superó a Dovi en la curva 7 y deshizo el virtual empate en la cabeza del Mundial. De este modo, Rossi lleva 24 años seguidos en el podio.
La cruz fue para Viñales, que se cayó en la última vuelta cuando había escalado a la 6.ª posición. Le tiró Franco Morbidelli, que le embistió por detrás. Triste fue otra vez el papel de Jorge Lorenzo. Acabó 12.º, después de haber llegado a ser penúltimo (21.º).