Prosa autonómica
El PSOE olvida la España plurinacional por el rechazo al autogobierno
La poesía tiene la virtud de movilizar los espíritus para hacer reales algunos sueños que, con frecuencia, los rivales políticos describen como pesadillas a su respectiva parroquia. Pedro Sánchez recurrió a la poesía y al sueño de una España plurinacional en su estrategia para recuperar el poder en el PSOE. Pero ahora Sánchez encara unas elecciones desde el Gobierno, y esa circunstancia, un verdadero activo a la luz de los sondeos, impone también algunas servidumbres. Por algo se dice que se gobierna en prosa.
El tránsito de la poesía a la prosa se aprecia en el programa electoral del PSOE y en sus “110 compromisos con la España que quieres”. Por supuesto, en el texto no figura ni una palabra sobre Estado plurinacional o “nación de naciones”. Pero, frente a las 54 ocasiones en que aparece la palabra España, Catalunya –que supone uno de los mayores desafíos para la actual democracia española– no asoma ni una sola vez. De hecho, la expresión “comunidades autónomas” sólo figura en el texto en tres ocasiones, y sólo en dos aparece vinculada a una genérica mejora del modelo territorial.
Ahora bien, la semántica del programa socialista se explica seguramente más por la realidad de la aritmética electoral que por motivos gramaticales. En el debate territorial, las palabras se han convertido en armas arrojadizas de efectos imprevisibles.
La prueba de que algunos conceptos que podrían ser una solución y un activo electoral en Catalunya se convierten en un problema y un lastre en el resto de España reside en las preferencias territoriales que expresan los españoles en las diversas comunidades autónomas (ver gráfico). Por ejemplo, en comunidades como Aragón, Valencia, ambas Castillas, Madrid o Rioja, uno de cada cuatro electores es partidario de un Estado sin autonomías. Y en todas ellas, quienes aspiran a suprimir o reducir el autogobierno son más numerosos que quienes defienden el modelo actual (y eso era antes de la DUI y el 155). El modelo vigente sólo se impone con mucha claridad en Andalucía, Extremadura, Galicia, Canarias o Cantabria.
En este contexto, sólo un partido que quiera suicidarse electoralmente alentaría la movilización de la derecha inmovilista o involucionista manejando conceptos de política territorial como federalismo asimétrico o plurinacionalidad.