La Vanguardia

El líder mantiene un ritmo imparable

Los blaugrana suman 17 jornadas sin perder gracias a su impulso en las segundas partes

- CARLES RUIPÉREZ

Hay que saber cuándo lanzar el sprint, calcular la distancia idónea, saber dónde exprimirse para sacar rédito sin quedarse desfondado en el intento. Es toda una ciencia, no siempre exacta, como saben en el ciclismo o el atletismo. El Barcelona de Ernesto Valverde se ha convertido en un especialis­ta en asestar golpes certeros que dejan en la lona a sus rivales. Pasa en los partidos y pasa en el global de la Liga. Cuando el Barça acelera es muy difícil seguirle el ritmo. Lo sufrió el Espanyol y lo llevan sufriendo dos años seguidos el Atlético y el Madrid.

Pocos equipos son tan fiables como el cuadro blaugrana cuando se pone a competir y saca su lado más voraz. No mira atrás, sólo hacia delante. Sólo así se entiende que haya sido capaz de sumar 45 de 51 puntos posibles en la Liga desde la derrota en el Camp Nou contra el Betis (3-4 el 11 de noviembre). Casi el 90% de los puntos disputados han subido a su casillero. Ya son 17 jornadas sin hincar la rodilla, jugando en el Metropolit­ano, en Cornellà, en San Mamés, el Pizjuán y el Bernabeu, quizás los cinco estadios más complicado­s para sus intereses. Un rodillo que ha desarbolad­o a sus contrincan­tes.

Como la temporada pasada, la rueda buena era la del Barcelona pero a todos se les ha escapado. El 9 de febrero, el equipo de Valverde tenía al Madrid a seis puntos y al Atlético, tercero, a siete. No tenía a sus perseguido­res en el cogote pero con 15 jornadas por jugar no se podía descartar nada ni a nadie.

Desde ese momento, el Barça encadena seis victorias seguidas en la Liga. Ni siquiera las semifinale­s de la Copa del Rey o el regreso de la Champions le han desviado de su camino. Siempre focalizado, ha sabido alternar esfuerzos y ha hecho pleno de 18 puntos cuando tenía un calendario de aúpa. Remontó en el Pizjuán, domó el Bernabeu, puso a sus pies el Villamarín y abatió al Espanyol en el derbi del Camp Nou. Cuando parecía el terreno propicio para un pinchazo, ni los de Simeone –que padecieron el jarro de agua fría del adiós a la Champions el año que organizan la final– ni los blancos –que han cambiado de nuevo de entrenador, recurriend­o a Zidane– han podido perseguir la estela de Leo Messi. Llegado el momento clave el argentino ha tomado la responsabi­lidad, con 10 goles en esas últimas seis jornadas, abriendo el marcador en cuatro partidos. Al crack se pone manos a la obra, ha liderado la racha para poner los cimientos del que puede ser su décimo título de Liga.

Ahora los colchonero­s, próximos visitantes en el Estadi, viajan con diez puntos de desventaja y el Madrid está más descolgado aún. La esperanza de ambos es que el Barça se líe en unos cuartos de final europeos que ellos ya no tienen.

El Barça esprinta también en los 90 minutos. Pero no como acostumbra­ba, con un inicio fulgurante. Con Guardiola, los blaugrana apabullaba­n de salida y liquidaban los duelos a las primeras de cambio. Ahora no. Como ocurre en el medio fondo o en los velocistas del ciclismo, se guarda la explosión para las segundas partes. Primero desgasta y después resuelve.

Así se explica que entre todas las competicio­nes, sólo en dos partidos de los 46 que lleva jugados el cuadro de Valverde se ha ido al descanso con el partido sentenciad­o, con tres goles de diferencia. Hubo un tercero en el que hizo también tres dianas, contra el Huesca (8-2), pero es que los visitantes se habían adelantado en el minuto 3.

El Barça no sale en tromba, sino más bien a cámara lenta (únicamente cinco goles en los primeros 10 minutos). Pero sí que acaba como un trueno (29 en los últimos 10 minutos). En total, 69 de los 115 tantos celebrados han llegado en la reanudació­n cuando la delantera encuentra espacios para correr.

De hecho, el derbi del sábado fue el decimosext­o encuentro en que no marcó antes de la media parte. En uno de cada tres partidos, el Barça no encuentra la red en los primeros 45 minutos. Aunque luego, con el rival cansado, tiene el as en la manga de Messi. El argentino ya no es tan explosivo como en su juventud pero sigue marcando un ritmo infernal cuando arranca.

EL ACELERÓN DEL DIEZ

En las últimas 6 jornadas, Leo Messi ha abierto el marcador en cuatro ocasiones y suma 10 dianas

DESGASTE Y SENTENCIA

El Barça no sale en tromba pero acaba como un trueno: 69 de sus 115 goles son tras el descanso

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QUIQUE GARCÍA / EFE

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