El FMI quiere pero no puede en Venezuela
El desacuerdo entre los socios sobre Guaidó frena un posible rescate
Casi cuatro meses después del inicio de la operación de cambio de régimen que la Administración Trump pretende llevar a cabo en Venezuela, el apoyo internacional está fracturado. Así se pudo comprobar la semana pasada en la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Mientras el nuevo embargo petrolero y los constantes cortes de luz hacen mella en la ya castigada economía venezolana, el FMI insiste en que esta dispuesto a ayudar al país.
Ya se ha hecho algún preparativo para proporcionar financiación a Venezuela, cuya tasa de hiperinflación es ahora mismo de seis o siete dígitos, su deuda externa equivale al 200% del PIB –gran parte en suspensión de pagos– y cuya economía ha sufrido una contracción devastadora, debido al desplome del precio del crudo, la mala gestión económica, la corrupción y las sanciones estadounidenses. Según los cálculos de Torino Capital en Nueva York, el descenso del PIB desde el 2013 alcanzará un increíble 65% este año, la depresión más profunda de la historia.
Se calcula en Washington que haría falta un plan de rescate por unos 60.000 millones de dólares, unos 53.000 millones de euros. Pero, sin que se instale un nuevo gobierno, el FMI no puede hacer nada. Y el plan de Washington de forzar un cambio de régimen en Caracas con sanciones ha topado con múltiples problemas.
Primero, por catastrófico que resulte el embargo para la sufrida población venezolana, difícilmente va a propinar el golpe de gracia al Gobierno de Nicolás Maduro en el plazo deseado. Es más, no hay apoyo suficiente en el accionariado del FMI y el Banco Mundial para dar un nuevo respaldo financiero al atrevido asalto al poder de Juan Guaidó, el autoproclamado presidente de Venezuela.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, reconoció al final de la asamblea de la semana pasada que no se ha avanzado nada en el asunto espinoso de decidir si el FMI va a reconocer a Guaidó como presidente legítimo en lugar de Nicolás Maduro. “A la hora de decidir cuál es la legítima autoridad en Venezuela, nuestros socios tienen que adoptar una decisión”, dijo. En estos momentos, pese a que Estados Unidos sea el único país con veto sobre las decisiones del Fondo, China, Rusia y, de forma más ambigua, la Unión Europea han frenado los intentos de la Administración Trump por lograr el reconocimiento institucional de Guaidó.
UN PAÍS EN QUIEBRA
La deuda de Venezuela es del 200% del PIB, que ha caído un 65% desde el 2013
EL PLAN DE RESCATE
En Washington se calcula que el país necesita cerca de 53.000 millones de euros
El FMI quedó escarmentado en su relación con Venezuela tras mostrarse “dispuesto a trabajar” con el gobierno del empresario Pedro Carmona en el 2002, tras un breve golpe de Estado contra Hugo Chávez. Horas después, Chávez recuperó el poder y el Fondo tuvo que comerse sus palabras. Una reunión sobre Venezuela convocada esta semana por el Tesoro de Estados Unidos –a la que asistió la ministra española de Economía, Nadia Calviño– no parece haber abierto ninguna puerta para buscar una solución al impasse. “No se ha planteado ninguna decisión específica so