Messi lleva a un Barça memorable a semifinales
Messi frena con dos goles a un United que acaba acomplejado
Después de tres intentos frustrados el Barça consiguió franquear ayer el muro de los cuartos de final. Mejor dicho, lo demolió con un partido de alta responsabilidad que acabó con el Manchester United tumefacto. Firmó Messi un doblete en cuatro minutos y santas pascuas, aunque el segundo gol contó con la desinteresada colaboración de De Gea. Toda la agresividad que había demostrado el conjunto inglés al comienzo se esfumó por el desagüe. Coutinho completó el marcador en un segundo acto comodísimo para el público del Camp Nou. El último obstáculo para la final de Madrid será el vencedor de la eliminatoria que dirimen hoy Liverpool y Oporto, con 2 goles de ventaja para los de Anfield.
Solksjaer introdujo en el once a velocistas como Martial y Lingard, futbolistas incisivos que había dejado en el banquillo en Old Trafford. Buscaba un partido revolucionado el técnico noruego y, efectivamente, el United empezó incandescente, desbocado en busca de un gol que igualara la eliminatoria y sembrara la inquietud en un Camp Nou cansado de palmar en cuartos.
Fue un arranque salvaje, con un disparo de Rashford al larguero en el primer minuto y el Barça no sabía de qué iban los diablos rojos .Enel siguiente ataque volvieron a sorprender a la defensa desorganizada, pero McTominay falló en el control en el área y voló la ocasión. Daba la impresión de que la historia, el escudo y los mitos que ha alumbrado el club mancuniano estuvieran empujando al equipo, un bloque agresivo que convertía en anecdóticas las posesiones del Barça. No sufrió en ningún tramo del partido el conjunto de Valverde, salvo en este comienzo indómito. La fase de domesticación duró unos diez minutos, cuando el Barça comenzó a edificar su centro de actividades en el campo adversario.
Sin haber propuesto casi nada, el Barça se encontró de repente con un penalti por derribo a Rakitic. Felix Brych no dudó en pitar y la grada celebraba su decisión… hasta que se llevó la mano al auricular y fue conminado a consultar el monitor del VAR. Tras unos instantes de intriga, el colegiado alemán se retractó. La tecnología, que sirvió para validar el gol del Barça en Old Trafford, ahora le escatimaba un penalti, probablemente de manera justa.
La interrupción dejó una duda en el ambiente. ¿Iba a incidir psicológicamente en la dinámica del partido? El indulto pudo haber inducido un rearme moral de un United que había empezado a frenar. La aparición de Messi desarmó cualquier elucubración. Fue una intervención rápida y quirúrgica. El cuadro inglés no sintió el dolor hasta que
SALIDA SALVAJE
Los de Solksjaer crearon más ocasiones en 10 minutos que en todo el partido de Old Trafford, antes de dimitir
SEMIFINALISTA CONVINCENTE Responsable y profesional, el grupo azulgrana impuso su superioridad y redujo a cenizas a los ‘red devils’
vio la pelota alojada en la portería. Colosal, Leo ganó una disputa con Fred en la banda, le eludió mediante un túnel y avanzó en paralelo a la línea de la frontal hasta que ejecutó a la base del palo derecho de De Gea. Rápido, limpio, indoloro.
Al cabo de 4 minutos, Messi penetraba por la vertical, recortó a Jones y tiró con la pierna mala (aunque mejor que la buena de muchos) desde la media luna. A todo el mundo le pareció un disparo inofensivo, menos a De Gea, que esperando de Messi algo mejor terminó por tragarse el balón de manera patética, como si Barcelona fuera Sochi.
Messi convirtió el caballo de carreras que había sido el United en un asno artrítico. Había creado más ocasiones que en todo el partido de Old Traford, pero a mediados del primer acto ya era un cadáver. El Barça superaba la presión como quería, combinaba sin problemas en zonas de riesgo… Ni el escudo, ni la historia eran capaces de sostener a un rival que estuvo a punto de irse al descanso con un tercer gol. Pero De Gea, involuntariamente con la cara y sobre la línea, rechazó el remate de Sergi Roberto.
Resignado, consciente de su incapacidad, al equipo inglés no le sirvió de nada el descanso. Si Solksjaer arengó para inyectar algo de moral o apeló al orgullo de la tropa, es evidente que no sirvió de nada. Más de uno habría votado por regresar a Manchester sin disputar el segundo acto si el reglamento lo permitiera.
El segundo tiempo fue un calvario para los diablos rojos. Comenzó con un remate de Messi desviado por un defensa y prosiguió con una diana deliciosa de Coutinho a la escuadra. En plena fiesta culé, Messi intentó un remate de chilena que se escapó por poco. Hasta el último minuto el United no requirió la presencia de Ter Stegen, y el portero alemán respondió impecablemente para repeler un grandísimo remate de cabeza de Alexis Sánchez, viejo conocido. Tantas veces disfrutó en el Camp Nou el tocopillano. Ayer sufrió un tormento.