Impulso al autoconsumo energético
LA etapa en que estaba bloqueado el autoconsumo eléctrico ha quedado atrás. La supresión por el Gobierno socialista del llamado impuesto al sol, adoptado en su día por el ejecutivo popular de Mariano Rajoy, abre las puertas a la utilización masiva, doméstica e industrial de la energía fotovoltaica. Con la nueva normativa aprobada recientemente empieza a normalizarse el uso entre los ciudadanos de esta fuente de energía constante que es clave para un país como España, con generosas horas de insolación.
La supresión del impuesto al sol ha ido acompañada de la eliminación de las trabas administrativas y regulatorias que penalizaban el autoconsumo eléctrico. De esta manera, se reconoce el derecho de los ciudadanos a autoconsumir energía eléctrica sin ningún tipo de cargo o peaje siempre que no pase por la red. Ello, unido a que los costes de las instalaciones se han reducido un 90% en los últimos diez años, debe contribuir a una mayor presencia de la energía fotovoltaica en el panorama energético español. Hay que tener en cuenta que las inversiones domésticas de autoconsumo pueden amortizarse en unos doce años y en el caso de las empresas el retorno se logra entre cinco y siete años. Estos plazos, junto a las desgravaciones fiscales en el IBI que han aprobado algunos
ayuntamientos, pueden hacer atractiva en muchos casos la inversión en esta alternativa energética.
La existencia del nuevo marco regulatorio debería permitir el desarrollo del autoconsumo al mismo nivel, o probablemente superior, que rige en el resto de los países europeos. A medida que esta opción empiece a ser utilizada con carácter general en hogares y empresas, deberá contribuir a la progresiva sustitución de las energías fósiles por energías limpias que exigen los compromisos internacionales adquiridos por España para luchar contra el calentamiento global del planeta.
Existe el riesgo de que, como consecuencia de la supresión del llamado impuesto al sol, se pueda producir un trasvase de rentas a la energía fotovoltaica en detrimento del resto del sistema eléctrico. Pero debe encontrarse la manera de buscar un equilibrio adecuado que permita que los ciudadanos españoles puedan beneficiarse directamente de una energía como la del sol gracias al creciente abaratamiento de la tecnología que lo permite.
La lucha contra el cambio climático exige la concienciación y el esfuerzo de toda la sociedad. El uso creciente de la energía del sol para cubrir las necesidades de electricidad, tanto domésticas como industriales, es un paso importante en este sentido.