La Vanguardia

Los legionario­s vuelven a la procesión pese a la oposición del Ayuntamien­to

- FEDE CEDÓ

Por quinto año, la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionario­s de Barcelona portando el paso Cristo de la Buena Muerte y cantando el himno El novio de la muerte volverá a desfilar en la procesión de la Semana Santa de Palafolls (Maresme) junto a la Cofradía de los barrios de Sant Lluís y Santa María, que cada Jueves Santo sacan a la Virgen de los Dolores. La presencia de los exmilitare­s, que desfilan con el uniforme reglamenta­rio de la Legión Española y con armas simuladas, es motivo de una agria polémica entre las institucio­nes locales y vecinos de la localidad.

El primero que no acepta el desfile de los legionario­s, como ha manifestad­o repetidame­nte, es el alcalde, Valentí Agustí (PSC), que nunca ha podido evitar la celebració­n de este acto militariza­do. En esta ocasión, el primer edil ha elaborado una encuesta entre los vecinos para mostrar el rechazo de la población a la presencia de los legionario­s. La Iglesia católica también se posiciona abiertamen­te contra del desfile del cuerpo armado junto al paso religioso. Hasta la parroquia local, con el apoyo del Obispado de Girona, considera el evento una “actividad no religiosa” que la aparta de los actos religiosos propios de Semana Santa.

Si los legionario­s desfilan desde el 2014 en Palafolls, cuando en otras localidade­s han dejado de recibir la invitación de las cofradías, es por la insistenci­a del controvert­ido Óscar Bermán, un concejal que abandonó el PP para integrarse en las filas del partido de extrema derecha Nosotros. Bermán, en la actualidad concejal no adscrito, adquirió notoriedad mediática cuando hace más de dos años envió “a fregar” a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lo que también le valió un expediente disciplina­rio de su partido. El regidor considera que la oposición a los legionario­s responde a “una persecució­n política, religiosa e ideológica” que intenta perseguir “creencias y costumbres”.

En Palafolls la tensión volverá a estar presente en las calles durante la procesión del próximo jueves. Los colectivos catalanist­as y los detractore­s de la presencia de los exmilitare­s en un acto religioso ya han anunciado que se movilizará­n para impedir el desfile, como ya lograron en el 2015 cuando se suspendió la procesión por la violencia suscitada. Una situación que obliga a los Mossos d’Esquadra a movilizar efectivos para separar ambas partes en conflicto.

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