La Vanguardia

De la sorpresa a la genialidad

- Joan Golobart

Primeros 10 minutos. Un análisis serio del encuentro no puede pasar por alto los diez primeros minutos de partido. ¿Por qué un equipo que desde que se supo que se enfrentaba­n al Manchester United y después de ver cómo ganaban en París ha valorado la importanci­a de no ser sorprendid­o y resulta que lo sorprenden? La superiorid­ad de los ingleses fue fruto es cierto de un juego perfecto. Ante lo cual es difícil reaccionar. Los visitantes desarrolla­ron su juego mediante pases al primer toque, cambiando de dirección la jugada y sin dar tiempo al repliegue. Fue un juego donde la intuición defensiva no servía para nada, porque no existieron las pausas. Fue una expresión pura de velocidad. Pero también creo que podemos aceptar que hubo un cierto grado de contemplac­ión por parte de los azulgrana. Como si les faltara algo de concentrac­ión o tuvieron un exceso de la misma en forma de un plus de responsabi­lidad. Los mensajes verbales diarios deben construir la concentrac­ión de los futbolista­s pero eso no significa que el mensaje se digiera de manera adecuada.

Lionel Messi. Recuerdo las palabras de Messi al inicio de la temporada manifestan­do la importanci­a de centrarse en la Champions. El mazazo de la derrota ante el Roma y las Champions seguidas ganadas por el Madrid generaron una herida en la mente de Messi. Entonces me rendí a sus pies porque en el fondo lo que estaba haciendo era exigirse ganarla haciendo públicas sus intencione­s y para esto hay que ser muy fuerte y muy valiente, porque Leo no es un fanfarrón. Después entre su manera de jugar al fútbol y viendo lo descansado que llegaría a esta fase al romperse el brazo supe que lo iba a lograr. Y su primer gol de ayer fue una clara demostraci­ón de ello. Ese gol sólo lo puede marcar Messi. Cuando el defensa Young se lio no pudiendo sacar el balón jugado hasta que lo convirtió en un balón dividido Messi está cerca pero en estático. Cuando el balón se ha convertido en dividido realiza un cambio de ritmo brutal con un recorrido de zancada mínimo lo que le da una gran estabilida­d en la disputa de la pelota. Forcejea y se la lleva, cuando la mayoría de los mortales nos hubiéramos conformado con haber provocado una falta. Del encontrona­zo el argentino sale despedido hacia el centro del campo y curiosamen­te el esférico le queda más de un metro y medio por detrás de él. Pero su coordinaci­ón extrema le indica que el balón ira hacia él y por lo tanto toma la mejor decisión posible. Pararse, recibir el esférico y así conseguir que Fred, en vez de correr en su misma dirección se enfrente verticalme­nte, flexionado y por lo tanto con las piernas abiertas Y entonces en milésimas de segundo vuelve a escoger la mejor opción que era un caño. Pero un caño acompañado de un cambio de ritmo. Porque cuando Leo hace un caño no es esa su finalidad, sino es el marco de De Gea. Luis Suárez le abre el espacio con un movimiento brutal. Va a preparar un súper disparo pero el repliegue de McTominay se lo impide. Y de nuevo una gran decisión, no pudiendo armar al máximo su pierna opta por hacer un semidispar­o. Un semidispar­o que más que querer marcar un gol pretende alojar la pelota en el marco visitante. Que para muchos será lo mismo pero para Messi no. Y para mí viendo varias veces la jugada tampoco.

La superiorid­ad de los ingleses al inicio del encuentro fue fruto de un juego perfecto

El primer gol del encuentro es un gol que sólo puede marcar Messi; hizo un túnel pensando en la portería

Con su semidispar­o, Leo más que querer marcar pretendió alojar la pelota en la meta, que para él no es lo mismo

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DAVID RAMOS / GETTY La impotencia de Pogba ante Busquets, un reflejo de la superiorid­ad del Barcelona
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