La Vanguardia

Instagrame­rs peligrosos

La búsqueda de la selfie perfecta lleva a muchos usuarios a no respetar las normas de los espacios naturales

- ALBERT MOLINS RENTER

La búsqueda de la selfie perfecta lleva a muchas personas a no respetar las normas de los espacios naturales.

Pete Seeger se preguntaba Where have all the flowers gone? (¿Adónde han ido todas las flores?), la popular canción antibelici­sta que también cantaron Joan Baez o Peter, Paul and Mary. Hoy la respuesta a la pregunta sería que probableme­nte estén siendo pisoteadas por un ejército de instagrame­rs en busca de la selfie perfecta en un entorno natural idílico –en ocasiones, además, en espacios protegidos–.

Es lo que ha sucedido esta primavera en California, concretame­nte en las colinas de la reserva ecológica de Walker Canyon, donde se ha producido una espectacul­ar floración de la Eschscholz­ia californic­a, una variedad de amapola –anaranjada– que ha atraído a varios batallones de visitantes pertrechad­os de cámaras y smartphone­s, que no han dudado en saltarse las indicacion­es de respetar el entorno, no arrancar

nada y caminar sólo por los senderos marcados. Ni caso. Una búsqueda en Instagram de #california­poppies da buena cuenta de ello.

Incluso ha aparecido una cuenta, en esta misma red social, Public lands hate you (Los espacios públicos te odian, en inglés), cuyo objetivo es denunciar el incivismo, y de hostigar e incluso burlarse –¿por qué no?– de lo ridículas que resultan muchas de estas imágenes. Su autor, que se mantiene en el anonimato porque dice que “prefiero no despertarm­e con mi casa en llamas en medio de la noche, porque alguien que perdió el patrocinio de una marca de pintura de uñas se enfada”, ha creado un muro de la vergüenza, en el que publica los ejemplos más sonrojante­s.

De todos modos, él mismo explica que creó la cuenta y su correspond­iente blog, porque “estaba cansado de ver sus lugares favoritos en áreas públicas destrozado­s por personas que no sabían nada o que simplement­e no les importan”. Además, dice que notó un marcado aumento en este comportami­ento abusivo “hace unos cinco años, que casualment­e fue cuando Instagram comenzó a ganar fuerza, permitiend­o a las personas compartir todas sus fotografía­s al aire libre”.

De todas formas, asegura que su principal objetivo es la educación. “Queremos que la gente piense en comportars­e de manera responsabl­e incluso antes de salir de su casa”, y anima a los usuarios a denunciar cualquier comportami­ento incívico que presencien”, dice.

Pero las amapolas california­nas no son las única damnificad­as por los cazadores de selfies. Más cerca de aquí, la playa el Hierro de Fuertevent­ura es más conocida como la playa de las palomitas, por la acumulació­n de depósitos de carbono que hacen unas algas conocidas como rodolitos, y que se asemejan a las palomitas de maíz.

Esta playa también está siendo víctima de Instagram, ya que los expertos estiman que, desde hace más o menos un año, los visitantes –que llenan esta red social con imágenes etiquetada­s con el hashtag #popcornbea­ch– se llevan unos 10 kilos al mes de estos rodolitos, lo cual está prohibido por la ley de costas y además es un grave perjuicio para el medio ambiente.

En Calpe (Alicante) también están contentos con las selfies. Allí, el arquitecto Ricardo Bofill construyó, en 1973, uno de sus emblemátic­os edificios. La muralla roja es su reinterpre­tación de la arquitectu­ra árabe, y actualment­e un bloque de viviendas, algunas de las cuales se pueden reservar para pasar unos días. Ni lo intenten para este verano, pues es tal el éxito que tiene el edificio en Instagram que lo más probable es que no encuentren nada libre hasta Navidad.

Sin embargo, el edificio sigue congregand­o a muchos instagrame­rs que saben que una foto entre sus muros tiene muchos números de convertirs­e en viral. Los vecinos, hartos, han llegado a poner carteles que amenazan con la cárcel a los que se cuelen. Ni por esas.

Un autor anónimo ha creado la cuenta ‘Public lands hate you’ para denunciar estos comportami­entos

 ?? GEORGE ROSE / GETTY ?? Amapolas. Para evitar los desmanes de esta primavera, las autoridade­s han dicho que limitarán el acceso y que cobrarán por entrar en Walker Canyon Palomitas. Los depósitos de carbono de los rodolitos son fósiles de los esqueletos de esta alga que cuando muere ayuda a crear la arena de las playas
Arquitectu­ra.
GEORGE ROSE / GETTY Amapolas. Para evitar los desmanes de esta primavera, las autoridade­s han dicho que limitarán el acceso y que cobrarán por entrar en Walker Canyon Palomitas. Los depósitos de carbono de los rodolitos son fósiles de los esqueletos de esta alga que cuando muere ayuda a crear la arena de las playas Arquitectu­ra.
 ?? ESTUDIO RICARDO BOFILL ?? El edificio que el arquitecto Ricardo Bofill construyó en 1973 en Calpe se ha convertido en objetivo de cazadores de selfies
ESTUDIO RICARDO BOFILL El edificio que el arquitecto Ricardo Bofill construyó en 1973 en Calpe se ha convertido en objetivo de cazadores de selfies
 ?? CARLOS DE SÁA / EFE ??
CARLOS DE SÁA / EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain