Nueva York pone a las aseguradoras contra la NRA
La guerra civil en el seno de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) se produce en un momento de crisis económica e incertidumbre sobre su futuro, en especial a raíz de las medidas emprendidas por el estado de Nueva York, que ha puesto en su contra a las aseguradoras y la banca. El origen del conflicto está en el programa Carry Guard, que permite a los socios de la NRA suscribir pólizas aseguradoras para el uso de armas. La oferta cubre casos en que se dispara en defensa propia, algo que según los reguladores neoyorquinos va contra la ley porque da cobertura a la comisión deliberada de delitos. La investigación costó multas millonarias a varias entidades financieras. La NRA respondió denunciando al estado de Nueva York, en manos del demócrata Andrew Cuomo, por violar el derecho a la libre asociación y reducir sus ingresos. Varias investigaciones periodísticas indican que parte de sus problemas económicos se debe a la asignación a dedo de contratos millonarios a empresas de amigos y familiares. Aunque es habitual que las donaciones y afiliaciones caigan cuando hay un presidente republicano y los amantes de las armas perciben menos riesgos, desde la elección de Trump la situación se ha agravado por la coincidencia con este y otros juicios, además de la pérdida de apoyos corporativos derivados del incipiente giro de la sociedad a favor de más control legal.