La Vanguardia

Un muerto y varios heridos en un tiroteo en una sinagoga de California

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

El último día de la Pascua judía se tiñó ayer de sangre y fuego en la sinagoga de Poway (California) cuando un hombre irrumpió en las celebracio­nes y abrió fuego contra los presentes. El tiroteo causó la muerte de una persona e hirió al menos a tres más, informó ayer Steve Vaus, el alcalde de Poway, una pequeña localidad de 50.000 habitantes a 30 kilómetros de San Diego. La policía detuvo a un hombre poco después en relación con los hechos.

“No tengo ninguna duda de que se trata de un crimen de odio”, afirmó Vaus. “Era alguien con odio en su corazón, con odio hacia la comunidad judía”, añadió en declaracio­nes a la prensa. La congregaci­ón, explicó, plantó cara al pistolero. “Consiguier­on evitar que este incidente fuera aún más horrible”, subrayó. El rabino, “un hombre de gran fe y coraje”, resultó herido en la mano al intentar disuadir de sus siniestros planes al hombre, que, de acuerdo con varios testigos, lanzó proclamas antisemita­s al irrumpir en el templo. El crimen “no es representa­tivo del aprecio que hay en esta comunidad por todas las religiones”, recalcó el alcalde.

Los hechos se produjeron en la sinagoga de la congregaci­ón Chabad, un centro que de acuerdo con su página web ofrece una visión moderna y en su contexto de la Torá. Se había reunido para celebrar el último día de la Pascua judía –la fiesta que recuerda la huida de Egipto y la liberación de la esclavitud– cuando un hombre armado con un fusil de asalto irrumpió en la sala poco antes de las once y media de la mañana.

Los disparos se oyeron desde el exterior. De acuerdo con el sheriff William Gore, el hombre intentó huir, pero fue intercepta­do por un agente fuera de servicio que se cree que se encontraba en la sinagoga en el momento de los hechos. Le disparó y no le alcanzó –contó–, pero el oficial le alcanzó y le golpeó después con su coche. Otra patrulla de policía detuvo al sospechoso, un hombre blanco de 19 años residente en San Diego. En la carta que dejó tras de sí en la sinagoga, se describe como un nacionalis­ta blanco y cuenta que empezó a planear el ataque de ayer después de la matanza en varias mezquitas de Nueva Zelanda.

La policía entró en el templo minutos después del tiroteo. El barrio entero se puso en alerta mientras las víctimas de los disparos eran trasladada­s rápidament­e a un hospital cercano, donde una de ellas falleció a consecuenc­ia de las heridas. Anoche había al menos tres personas más hospitaliz­adas. El tiroteo en la sinagoga de Poway es el segundo ataque a un templo de fe hebrea en Estados Unidos en menos de un año. En octubre del 2018, un supremacis­ta blanco entró en una sinagoga de Pittsburgh y abrió fuego, un atentado que costó la vida a once personas.

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