Jaque a las bicis y motos de alquiler
La normativa que regulariza la actividad de estos vehículos compartidos recibe una avalancha de alegaciones vecinales y empresariales
La llegada de los servicios de motos y bicis de alquiler por minutos a Barcelona ha tensionado la disputa por los escasos aparcamientos existentes en la vía pública. Los anclajes para bicicletas son a todas luces insuficientes en el centro de la ciudad. Lo mismo pasa con las motos, que ocupan aceras impunemente ante la falta de plazas en la calzada.
La solución del Ayuntamiento ha sido la creación de una tasa por uso privativo del espacio público que viene a regularizar su actividad –hasta ahora en un vacío legal– a cambio de un pago de 71,51 euros por vehículo cada año y una serie de condiciones, como la obligación de aparcar en los espacios habilitados para ello, que son los mismos que los utilizados por los que se mueven con su propia bici o moto.
La medida fue aprobada en el plenario municipal con el apoyo de ERC y PSC, pero al salir a exposición pública ha recibido un alud de alegaciones contrarias. Algunas de las entidades que han mostrado su rechazo a la medida son las asociaciones de comerciantes Barcelona Oberta y Barcelona Comerç, la Asociación de Vecinos de la Barceloneta y Amics de la Rambla. El presidente de esta última, Fermín Villar, considera que este tipo de negocios de movilidad compartida “canibalizan el espacio público”, donde incluso asegura que llevan a cabo las reparaciones.
La asociación BiciTours, que representa a las empresas de alquiler de bicicletas de Barcelona, está siendo una de las más activas contra la nueva ordenanza municipal. Borja Martínez-Sanz, portavoz del colectivo, critica que los aparcamientos públicos de bicicletas sean utilizados como parking permanente de las flotas de alquiler de empresas privadas y pide que los anclajes sean destinados única y exclusivamente para los particulares. Mientras que en su momento vieron con buenos ojos la llegada del Bicing e incluso participaron en su definición técnica, los negocios de alquiler de bicicletas a turistas ven en esta nueva actividad una competencia desleal que “opera en la calle y perjudica a los barceloneses que se quedan sin aparcamiento para sus bicis”.
Actualmente hay 1.500 bicicletas y 2.325 motos de alquiler por minutos de seis empresas distintas. La nueva regulación prevé casi doblar el parque existente. Ante ese escenario, las alegaciones de BiciTours reclaman “poder operar en igualdad de condiciones y que trasladen su flota de bicicletas a locales comerciales o se ofrezca a las empresas locales una cuota de ocupación similar para competir en igualdad de condiciones”.
El lunes finaliza el periodo de alegaciones. Fuentes municipales se muestran dispuestas a “analizarlas e introducir cambios”, pero subrayan que su intención es sacar adelante la nueva ordenación del sector y poder aprobarla definitivamente de manera inminente en mayo.
La cesión del escaso aparcamiento público a empresas privadas a cambio de una tasa ha despertado malestar