La Vanguardia

La Scala Santa, al descubiert­o

El mármol de la escalera que pisó Jesús se muestra en Roma por primera vez en 300 años

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Los peregrinos católicos la suben de rodillas, como un acto de penitencia mientras meditan sobre la pasión de Cristo. Buscan obtener a cambio la indulgenci­a de sus pecados.

La Scala Santa, situada en un edificio cercano a la basílica de San Juan de Letrán en Roma, es una de las principale­s atraccione­s de los feligreses que viajan a la ciudad eterna. Según la leyenda, los 28 peldaños que forman esta escalera fueron los mismos que Jesús subió en el palacio pretorio de Jerusalén, donde fue condenado a muerte. La tradición dice que la escalera fue trasladada a Roma

en el 326 d.C., bajo la voluntad de santa Elena, una ávida coleccioni­sta de reliquias y madre del emperador Constantin­o, el mandatario que legalizó el cristianis­mo con el edicto de Milán y terminó con siglos de persecucio­nes.

Durante los últimos años la Scala Santa ha experiment­ado un trabajo de restauraci­ón que ahora, por fin, ya se ha terminado. El Pontificio Santuario que la guarda ha decidido hacer un regalo inesperado a los católicos para celebrarlo y, por primera vez en casi 300 años de historia, la muestra al descubiert­o: los listones de madera de nogal que la han protegido durante tres siglos han desapareci­do, y los peregrinos pueden pisar el mármol original que supuestame­nte tocó Jesucristo hasta el próximo 9 de junio, domingo de Pentecosté­s.

“Durante sesenta días podremos recorrer con nuestras rodillas y tocar el mármol que el mismo Jesús pisó en el palacio del pretorio donde fue juzgado por Poncio Pilatos”, manifestó durante la presentaci­ón el padre Francesco Guerra, rector del Pontificio Santuario de la Escalera Santa.

La madera cubre la Scala Santa desde 1723, cuando el papa Inocencio XIII así lo ordenó. Su retirada ha representa­do también que podamos entender qué ha sucedido bajo estos listones durante todo este tiempo. Ninguno de los restaurado­res sabía qué había debajo de ellos, y cada peldaño representa­ba una nueva sorpresa. Por ejemplo,el mármol en algunas partes está tan desgastado que incluso la piedra se ha llegado a perforar. En tres peldaños diferentes, hay tres cruces medievales que señalan el lugar donde se cree que cayeron gotas de sangre de Cristo. En el undécimo es donde se dice que Jesús tropezó y rompió la piedra. Al tocar este punto, los fieles creen que conectan con lo más sagrado. En la presentaci­ón la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, también explicó que al levantar la madera han encontrado notas, monedas, fotografía­s, plegarias y peticiones que los peregrinos introdujer­on en las rendijas durante estos 300 años, una documentac­ión que ahora será estudiada con atención.

La restauraci­ón de la escalera santa forma parte de todo un proyecto lanzado en el 2000 para arreglar el complejo entero, en el cual se encuentran también frescos bellísimos y el Sancta Sanctorum, una pequeña capilla en que los papas rezaban hasta el medievo. La escalera estaba en un primer momento en el palacio Lateranens­e, pero era tan venerada que Sixto V ordenó en 1589 la construcci­ón de un edificio que la albergase. La retirada de las tablas ya ha generado un fuerte interés entre los viajeros que pueden subir la Scala Santa, que de normal ya es uno de los monumentos más visitados de Roma.

Al retirar los listones de madera que la protegían han encontrado plegarias, monedas y fotografía­s

 ?? TIZIANA FABI / AFP ?? Fieles arrodillad­os en la nueva Scala Santa restaurada, junto a San Juan de Letrán en Roma
TIZIANA FABI / AFP Fieles arrodillad­os en la nueva Scala Santa restaurada, junto a San Juan de Letrán en Roma

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