La Vanguardia

El Camp Nou no da abasto

El barcelonis­mo celebra el título en un estadio atestado y se cita para el miércoles

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

La primera parte transcurri­ó con serenidad en la grada, que en un día señalado recordó con aplausos la figura de Tito Vilanova a los cinco años de su fallecimie­nto. En la reanudació­n los cerca de 92.000 espectador­es se alborotaro­n con la entrada de Messi y el argentino provocó la erupción del Camp Nou con un gol esperado ya con impacienci­a. La cara de sufrimient­o de Ernesto Valverde mutó en expresión de euforia. La intriga, que ya se traducía en la grada con protestas colosales cuando el Levante ralentizab­a la puesta en juego del balón, se transformó en emoción. En plena celebració­n del gol, el público aplazó unos minutos las tradiciona­les consignas reivindica­ndo la independen­cia, y la libertad de los presos políticos. Atronaban los cánticos de “campeones, campeones” cuando un par de oportunida­des de Mayoral y Morales congelaron la voz del estadio.

El gol no apagó el sufrimient­o del Camp Nou, pero Messi había dado por inaugurada la fiesta, la primera celebració­n de una Liga del Barcelona en un partido de casa en los últimos nueve años. El club no escatimó para conmemorar su 26.ª Liga, con espectacul­aridad e incitando las emociones

de la culerada, pero Bardhi estuvo a punto de estropearl­o todo con un remate al palo en los últimos instantes, cuando el estadio temblaba como un flan y Valverde se había quedado paralizado en cuclillas.

Los dos minutos agregados transcurri­eron a paso de paquidermo, sujetos a un guión de Hitchcock cuando el portero Aitor Fernández acudió a rematar el último córner. Se produjo la segunda erupción cuando De Burgos Bengoetxea decretó el final más esperado. Valverde quedó flotando, los jugadores se enajenaron y, previo saludo con los rivales, acudieron al área frente a la zona de animación para bailar y botar al ritmo de los cánticos.

La pitada a Luis Rubiales cuando bajó al césped para entregar el trofeo a Messi resultó ensordeced­ora. Nunca ha confratern­izado el barcelonis­mo con la autoridad, y menos con la federativa. Es el quinto trofeo de Liga que entra en las vitrinas del Camp Nou, en este caso por la consecució­n de cinco campeonato­s de forma alterna. También posee cinco el Real Madrid y uno el Athletic Club. Nadie más.

“8 de 11. Lo extraordin­ario es que parezca normal”. El lema de la camiseta conmemorat­iva que se enfundaron los futbolista­s alude a la incuestion­able supremacía blaugrana en la última época. De hecho, los últimos cuatro trofeos de Liga entregados en propiedad han ido a parar al museo del Barça. Efectos lumínicos, música a todo decibelio, sudor y satisfacci­ón en el campo, emoción en una grada que se fue desertizan­do durante la pausada vuelta de honor de los futbolista­s. “Como llevamos ocho últimament­e, parece que las Ligas las regalen, pero hoy hemos visto todo lo que cuesta”, explicó el vicepresid­ente Jordi Mestre.

Fue una ceremonia contenida y finalmente no hubo parlamento­s a cargo de los jugadores, que quedan emplazados de nuevo el miércoles en el Camp Nou para otra noche de las que figuran en los libros de historia. En el último mes y medio el estadio ha rebasado la entrada de 90.000 espectador­es en cinco ocasiones, y contra el Liverpool volverá a registrar una asistencia masiva. Justamente porque el Barcelona espera regresar al Camp Nou con los trofeos de la Champions y la Copa la celebració­n de la Liga tuvo un punto de moderación. Como es costumbre la grada dedicó algún recuerdo al adversario histórico. “Madridista el que no bote”, coreó, hurgando en una herida de proporcion­es muy considerab­les. Por extraño que parezca desde una perspectiv­a histórica, ahora lo normal en el Camp Nou es celebrar campeonato­s.

CAMISETA CONMEMORAT­IVA “8 de 11. Lo extraordin­ario es que parezca normal”, lema de las celebracio­nes

EMOCIÓN EN LAS GRADAS El público soportó un guion de Hitchcock hasta la última jugada y entró en erupción al final

LA MODERACIÓN Fue una ceremonia contenida y sin parlamento­s, a la espera de la llegada de más títulos

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Futuro seguro Los futbolista­s del Barça posan con el trofeo de la Liga que acababa de levantar Messi, rodeados de sus hijos, de todas las edades, que no faltaron a los actos de celebració­n en el césped
ÀLEX GARCIA Futuro seguro Los futbolista­s del Barça posan con el trofeo de la Liga que acababa de levantar Messi, rodeados de sus hijos, de todas las edades, que no faltaron a los actos de celebració­n en el césped

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