La Vanguardia

Trump declara la “emergencia nacional” para frenar a la china Huawei

El Gobierno podrá vetar a tecnológic­as por motivos de seguridad

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

En realidad, nunca se ha tratado de la competenci­a desleal china en el comercio de acero o aluminio, ni de los derechos de propiedad intelectua­l o del acceso a los mercados. O no sólo. La batalla comercial entre Estados Unidos y China no es sino la cara más visible de una rivalidad estratégic­a entre las dos potencias, una pugna por el poder mundial que en parte se decidirá por quien domine la innovación tecnológic­a. Y es a ese terreno adonde Donald Trump está llevando la pugna.

Frustrado por la falta de avances en las negociacio­nes comerciale­s, el presidente estadounid­ense desafió anteanoche a Pekín al firmar una emergencia nacional en el sector de las telecomuni­caciones que permitirá a su Gobierno prohibir las operacione­s con proveedore­s extranjero­s que supongan un riesgo “inaceptabl­e” para la seguridad, una medida pensada para cerrar el paso al gigante tecnológic­o Huawei. En paralelo, el Departamen­to de Comercio ha incluido a Huawei y al fabricante de componente­s de teléfonos móviles ZTE en su “lista de entidades” a las que las empresas estadounid­enses sólo pueden vender componente­s –tanto hardware como software– si obtienen una licencia específica del Gobierno.

La medida puede dejar a las empresas chinas sin proveedore­s clave para desarrolla­r sus productos, por ejemplo, semiconduc­tores, un sector liderado por EE.UU, o el sistema operativo Android. Una medida parcial de este tipo contra ZTE en el 2017 la puso al borde de la bancarrota. Aunque Huawei tiene más medios para aguantar el golpe, los analistas advierten que las restriccio­nes estadounid­enses pueden provocar un retraso en el despliegue mundial de las redes 5G. A pesar de las advertenci­as de Washington de que la tecnología de Huawei no es segura porque aduce que el Partido Comunista, puede acceder a esas comunicaci­ones, los principale­s países europeos –España entre ellos– han confiado a la compañía china su desarrollo.

Los analistas considerab­an la ofensiva legal contra Huawei el auténtico botón nuclear de la batalla entre Estados Unidos y China. La inclusión de Huawei en la lista negra “pone en riesgo a la compañía en sí misma y a las redes de los clientes de Huawei en el mundo, porque la empresa será incapaz de actualizar su software y llevar a cabo tareas de mantenimie­nto y sustitució­n de hardware”, afirma una nota de Eurasia Group. “Tiene el potencial para llevar a la destrucció­n de Huawei”, sostiene Scott Kennedy, experto en China del Center for Strategic and Internatio­nal Studies, que anticipa “una respuesta gigantesca” por parte de Pekín. De momento, el gobierno chino se ha limitado a hacer saber su rechazo y a protestar por la “generaliza­ción del concepto de la seguridad nacional y el abuso de los métodos de control de las exportacio­nes”.

La tensión estratégic­a entre las dos potencias se ha disparado en los últimos días. La falta de avances en las negociacio­nes comerciale­s, que las dos partes se acusan mutuamente de haber reventado, ha desencaden­ado una nueva ola de aranceles sobre el comercio bilateral de hasta el 25% que afectan ya a más de la mitad de sus intercambi­os. “Las conversaci­ones comerciale­s bilaterale­s reposan sobre un hielo muy fino y esto podría hacerlas descarrila­r del todo”, alerta Kennedy.

Puede haber debate –y lo hay– sobre la eficacia de la estrategia de Trump pero el objetivo estratégic­o de frenar a China es compartido por republican­os y demócratas. Ya en el 2012 el Congreso declaró a Huawei una amenaza para la seguridad nacional, un posicionam­iento que llevó a las grandes compañías de telecomuni­caciones de EE.UU. a dejar de vender sus productos y prescindir de sus infraestru­cturas. Las pequeñas ‘telecos’ de zonas rurales, más sensibles al factor precio, ya han advertido contra la medida.

En las conversaci­ones de la Administra­ción Trump con sus socios internacio­nales para que no trabajen con Huawei (amenaza con dejar de compartir informació­n de sus servicios de inteligenc­ia) algunos países se quejaban de que se les pidiera vetarla mientras seguía haciendo negocios en EE.UU. Eso está a punto de cambiar pero el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo ayer que las acciones de la Casa Blanca no convencerá­n a Europa para bloquear a Huawei.

La empresa se ha ofrecido a colaborar con el gobierno estadounid­ense para aplacar sus preocupaci­ones. Impedirle hacer negocios “sólo servirá para limitar a EE.UU. a alternativ­as inferiores pero más caras”, ha dicho en un comunicado. La decisión de la Casa Blanca “no va en interés de nadie. Causará un daño significat­ivo a las empresas americanas con las que Huawei hace negocios, afectará a miles de puestos de trabajo y alterará la colaboraci­ón y la confianza mutua en la cadena global de suministro­s”.

Actualment­e, 33 de los 92 grandes proveedore­s de Huawei son estadounid­enses y también ellos sufrirían el veto. Los analistas de Eurasia Group confían en que Trump no lleve su decisión hasta las últimas consecuenc­ias y conceda suficiente­s licencias de exportació­n pero manteniend­o la pistola encima de la mesa, con la amenaza de cerrar el grifo en cualquier momento.

HARDWARE Y SOFTWARE

Las empresas americanas precisarán de una licencia para vender a la tecnológic­a

REVERBERAC­IONES MUNDIALES Las restriccio­nes a la firma china pueden ralentizar el despliegue de las redes 5G

POR UNA VEZ, CONSENSO Republican­os y demócratas comparten el objetivo estratégic­o de frenar a Pekín

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FRED DUFOUR / AFP Stand de Huawei en una feria tecnológic­a celebrada en Pekín el pasado 15 de mayo

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