Clamor contra el uso de los ‘menas’ como arma electoral
Críticas a la negativa del Ayuntamiento de Rubí a acoger a menores migrantes; el Síndic y el tercer sector exigen más responsabilidad
La acogida de menas (menores extranjeros no acompañados) ha irrumpido en plena campaña electoral y el barrio residencial de Can Rosés de Rubí se ha convertido en el epicentro del conflicto. El Síndic de Greuges, la Plataforma d’Infància de Catalunya y la Taula del Tercer Sector lamentan la instrumentalización de este colectivo con fines electoralistas y reclaman a los partidos más responsabilidad para evitar estigmatizar a menores de edad.
El martes, más de un centenar de vecinos convocados por la plataforma STOP Centre Menors Rubí se manifestaron frente al antiguo hotel Terranova para protestar contra el anuncio de la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (Dgaia) de trasladar a 80 menores subsaharianos a dicho alojamiento, cerrado hace cinco años por falta de permiso de obras. Estos jóvenes viven ahora en el hotel City Park de Sant Just Desvern.
En la manifestación se vivieron momentos de mucha tensión y gride tos por parte de los vecinos hacia la directora general de la Dgaia, Ester Cabanes, a la que apenas dejaron explicar con qué profesionales contará el centro y el plan de integración y formación de los menores. Tuvo que ser escoltada por los Mossos. La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez (PSC), se posicionó a favor de los manifestantes y argumentando que “el traslado es una barbaridad y no tendrán el acompañamiento del Ayuntamiento. Mientras dependa de mí, aquí no vendrán. No es un tema de racismo, sino de falta de diálogo”.
Las palabras de Martínez han dolido a los miembros de la Asociación ExMenas. En rueda de prensa, denunciaron ayer que “partidos como el PSC, ERC y PP rompen el acuerdo que se firmó el 1 de abril, en el que se comprometieron a no utilizar a los migrantes como arma electoral”. La joven Iman criticó que la alcaldesa Martínez hiciese “un discurso de odio y que hería sensibilidades”. “Ha generado crispación y un ambiente de hostilidad entre la ciudadanía y los menores, en lugar facilitar la integración”, añadió.
Los exmenas reivindican ayudar para evitar este tipo de hostilidades. “Nos dirigimos a la alcaldesa de Rubí y nos ofrecemos a mediar la situación entre vecinos y administración porque sólo tejiendo puentes podremos vivir entre iguales”, argumentaron. También critican el plan de deportación del candidato del PP en Barcelona, Josep Bou, así como el partido de fútbol con menas de Ernest Maragall (ERC) “para conseguir la foto”.
El Síndic apunta, en un comunicado, que la Dgaia sola, sin la colaboración de las administraciones locales y de otros departamentos de la Generalitat, no tiene capacidad para dar una respuesta adecuada al incremento de llegadas de menas.
La alcaldesa detalla que la Dgaia contactó con el Ayuntamiento el 2 de mayo y “al principio habló de 70 personas y ahora de 80”. “Colocar a todos estos jóvenes en un hotel no nos parece la mejor forma de integrarlos. No es un tema de racismo, sino que han fallado las formas de la Dgaia. Ni el edificio ni el barrio elegido son los idóneos”, argumenta. Apunta, además, que el dueño del hotel Terranova es el mismo que el de Sant Just. Los trabajos de adecuación del hotel se llevaron a cabo sin el consentimiento del Ayuntamiento. “Han solicitado la legalización de las obras ya efectuadas, porque no se ajustan a los trabajos que constan en el expediente. Así, dependen de nuestra autorización”. Quizás el hotel no estará operativo a mediados de junio, como prevé el Govern.
La plataforma STOP Centre Menors Rubí sigue contraria al desplazamiento de los menas a su barrio. Para mañana ha organizado una manifestación de protesta que saldrá del antiguo hotel y se desplazará hasta el Ayuntamiento. Consideran que la Generalitat “apenas ha facilitado información sobre este centro y el proyecto. Son muchos jóvenes de golpe en un hotel sin espacios comunes. Cuando salgan a la calle, aquí no hay nada que hacer porque estamos lejos del centro”, argumentan. Algunos vecinos consultados tienen miedo a lo desconocido y temen que pueda aumentar la violencia en un barrio residencial, lleno de casas unifamiliares.
La alcaldesa, Ana M.ª Martínez (PSC), se pone del lado de los vecinos que preparan nuevas movilizaciones