La empresa de los cines Verdi se consolida con la compra del inmueble
La operación de A Contracorriente se sustenta en la evolución positiva de las salas en el centro
La empresa A Contracorriente Films, que controla los cines Verdi de Barcelona y Madrid, acaba de reafirmar la apuesta por el cine en sala que justifica su nombre y su vocación de resistencia en la era de Netflix y demás plataformas para consumo de películas y series en pantallas más pequeñas. Tal como confirmó en Cannes a La Vanguardia el fundador y consejero delegado de la compañía, Adolfo Blanco, la sociedad ha cerrado la compra del inmueble de la barcelonesa calle Verdi que da entrada a dichos cines, edificio que utilizaba hasta ahora en régimen de alquiler. La operación permitirá culminar una trasformación en el interior de la finca que posibilitará la conexión entre todos los espacios, a los que ahora también se accede por la calle Torrijos.
La viabilidad de los Verdi se veía en peligro al no tener garantizada A Contracorriente la renovación, en condiciones aceptables, de un contrato de arrendamiento que iba a expirar en el año 2021. Según Blanco, tampoco existía seguridad de que la propiedad quisiera que sus locales siguieran albergando cines.
La compraventa es posible gracias a un crédito conjunto de la banca Triodos y el Institut Català de Finances, entidades que el año pasado firmaron un acuerdo de colaboración para financiar “proyectos empresariales de inversión, crecimiento, innovación o internacionalización del sector social, medioambiental y cultural que generen un alto valor añadido y tengan un impacto positivo para la sociedad”.
El riesgo que Blanco y sus socios asumen con la adquisición que acaban de firmar no se basa en una fe abstracta en el negocio del cine en pantalla grande, sino en las cifras de “ligero crecimiento” que el sector viene registrando en los últimos años en los centros urbanos. Además, y esto es lo importante a largo plazo, “el público de nuestras salas se va renovando y lo seguirá haciendo en la medida en que las instituciones sigan mostrándose conscientes de lo importante que es el cine en la educación”. De modo que el lanzamiento
UNA COMPARACIÓN INTERESANTE “Con el cine pasa como con las pizzas: nos gusta consumirlas en casa, pero aún más en la pizzería”
de programas educativos al respecto en los últimos tiempos “nos hace confirmar que, lejos de desaparecer, los cines seguirán creciendo en la ciudad”, añadió Blanco en Cannes.
El empresario reconoció la importancia de la “crisis de modelo” que el consumo de filmes está viviendo a raíz de la aparición de nuevas fórmulas y soportes. Pero añadió que, frente a la competencia de precios y comodidad que las plataformas pueden ofrecer, el público “sabe apreciar el valor de la experiencia” en comunidad que ir al cine implica.
Blanco hizo una comparación interesante: “A mí me gusta comprar una pizza en el súper y comérmela en casa, aunque sepa que se trate de una pizza congelada. Pero de vez en cuando me encanta ir con mi gente a una buena pizzería donde sé que todo me sabrá mejor y disfrutaré de un buen momento”. Eso “sin menoscabo” de las pizzas del súper ni de las películas de Netflix.