“Hay que acoger a los que huyen del hambre y la guerra”
Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona
Es uno de los cardenales más próximos al papa Francisco, que le nombró arzobispo de Barcelona en el 2015 y le impuso el capelo dos años después. Juan José Omella (Cretas, Teruel, 1946) aboga por dar acogida a quienes huyen del hambre y de la guerra, sostiene que habrá que hacer un gran esfuerzo para comprender el islam y considera que los populismos crean una dinámica del miedo.
Francisco se preguntó al recibir el premio Carlomagno: “¿Qué te ha sucedido, Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y la libertad?”. ¿Qué cree que le ha pasado? Europa se nos presenta como una sociedad envejecida y cansada, donde se ha producido una pérdida de grandes ideales. Creo que, como dice el Papa, hemos de retomar la capacidad ilusionante de integrar, que exige saber apreciar la diferencia, renunciar a ciertos bienes temporales para poder crecer juntos. La identidad de Europa ha sido siempre multicultural y ha integrado la diferencia como una riqueza más.
¿Por qué cree que son cada vez más los países que anteponen sus prioridades a cualquier proyecto común? Es el caso de los Estados Unidos de Trump, pero también de Hungría, Polonia o Italia.
La casuística de los últimos años en el triple contexto de la economía, la emigración y la natalidad ha creado en cada país situaciones de malestar con una tendencia a proteger cada ámbito nacional. Es una reacción a lo desconocido, que ha sido aprovechada por los populismos para crear una dinámica de miedo, buscando soluciones en el aislamiento y la identidad nacional. Europa, después de dos grandes cataclismos, fue capaz de superarlos con la asunción de proyectos como el de la integración europea. Por eso confío que nuestra Europa encuentre una solución a los nuevos retos.
¿A qué atribuye usted el auge de los populismos? ¿Cómo cree que se puede contrarrestar?
El miedo, en un contexto de crisis, de cambio acelerado y constante, junto a fenómenos nuevos, ha originado unos movimientos políticos que lo utilizan, modelan y simplifican. No hay soluciones sencillas a problemas graves. No nos creamos a los que tratan de ofrecernos recetas mágicas y excluyen al otro. No podemos dejar que los populismos se aprovechen de nuestro malestar.
¿Qué opina de que la UE no haya alcanzado una política común en materia de inmigración?
Uno de los problemas de fondo de Europa es su demografía. El bajo índice de natalidad genera sociedades más envejecidas que deben compensar dicha situación con la recepción de emigrantes. La demografía nos proyecta a situaciones completamente nuevas en la Europa del futuro, situaciones que provocarán una mayor presencia de generaciones de personas provenientes de otras culturas, y que además tendrán una gran incidencia en las formas religiosas que adopten dichas sociedades en el futuro. Una política migratoria sana debe dar acogida a estas personas que huyen del hambre y de la guerra. Cada sociedad debe conocer su capacidad real de acogida, de manera que pueda llevarse a cabo una auténtica integración de dichas personas en las sociedades que las reciben. Es humano que prefiramos inmigrantes de nuestra misma cultura , lengua y credo, pero la inmigración no es una cuestión de preferencias. Inmigrantes podríamos serlo usted o yo.
¿Cree que hay miedo al islam? Siempre hay miedo a lo diferente y el islam que se nos presenta con cierta asiduidad, lamentablemente, va unido a la imagen del radicalismo. El auténtico islam aboga por la paz y la convivencia. Habrá que hacer un gran esfuerzo para comprender el islam en su sentido más profundo. No se puede instrumentalizar a Dios para aterrorizar a nadie ni imponerlo por la fuerza.