Walter Benjamin
Theodor Adorno fue quien más pugnó para que Benjamin se refugiara en Estados Unidos. Una y otra vez le pidió que abandonara Europa antes de que la tragedia cegara el continente e impidiera su salida. Sin embargo, Benjamin rehusaba hacerlo a pesar de que su vida corría peligro. Amaba Europa y le costaba desprenderse de su contacto. Se descubría dentro del jeroglífico en el que se escondía la esencia del continente, al ser el judaísmo una de sus raíces más profundas. Autor de una obra compleja y fascinante, su legado es esencial para comprender la fisonomía ética y estética de Europa.