La deuda española sube al 98,5% del PIB con tipos en mínimos
Nunca España debió tanto dinero en términos absolutos y nunca se financió en los mercados con costes tan bajos. Diez años después del estallido de la Gran Recesión, las consecuencias de la mayor devastación económica y financiera en décadas siguen formando parte de la realidad y enviando un mensaje nítido: la situación no está en absoluto normalizada.
El Banco de España hizo público ayer que la deuda del conjunto de las administraciones públicas en España ya está a solo 227 millones de alcanzar los 1,2 billones de euros, lo nunca visto. El Estado, las comunidades autónomas, los ayuntamientos y la Seguridad Social deben el equivalente al 98,5% del producto interior bruto (PIB). A principios del ya lejano 2008, la deuda era menos de una tercera parte, de sólo 365.000 millones, el 35% de la riqueza nacional. España ha basado su recuperación, entre otros factores, en un potentísimo viento de cola, aunque no es la única que ha actuado así.
El sobreendeudamiento público es un fenómeno mundial derivado de la gestión política de la crisis y de la receta empleada por los bancos centrales –valga la redundancia– que condujo a la era de los ultratipos de interés de la que Europa aún no ha salido. El Banco Central Europeo (BCE) mantiene el precio del dinero en el 0% y aún cobra un 0,4% a los bancos por los depósitos en la ventanilla de Frankfurt.
Esto es lo que hace posible que los países de la eurozona hayan recuperado el crecimiento y, al mismo tiempo, hayan visto caer las rentabilidades de sus bonos en circulación y se financien casi gratis. En el caso de España, la cotización de los bonos a diez años llevó ayer esa rentabilidad al 0,85% a primera hora del día, su mínimo histórico. Después, repuntó ligeramente y acabó la jornada en el 0,88%.
El mercado secundario de la deuda pública y privada es vital porque es el que marca el grado de confianza en una economía o en una empresa. Y, aunque por el lado de la demanda, las compras de títulos por parte del BCE siguen afectando a los precios, España está en muy buena posición para pagar poco –muy poco– por la financiación de sus nuevas emisiones de deuda.
“Esto es el reconocimiento de que España está migrando lentamente hacia el núcleo de Europa”, dijo ayer Andrew Bosomworth, gestor de Pimco, a Bloomberg TV. “España se comporta como un activo sin riesgo, lo que contrasta con períodos anteriores, cuando estaba claramente en el campo de los activos de riesgo y de la periferia”, concluyó.
La rentabilidad del bono del Tesoro a diez años cae hasta el 0,85% y permite emitir más barato