Donald Trump
PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
Trump estuvo ayer reunido tres minutos con los demócratas, cortó el encuentro de golpe y se pasó cuatro veces más tiempo explicando a la prensa por qué había roto los últimos puentes con la oposición: porque quieren investigarlo.
Tres minutos sin sentarse y sin siquiera el típico apretón de manos protocolario. Es lo que duró la reunión –léase bronca– mantenida ayer en la Casa Blanca entre los líderes demócratas en el Congreso y el presidente Donald Trump, que pasó cuatro veces más tiempo explicando a la prensa las razones por las que va a cortar toda colaboración con la oposición.
La cita estaba convocada para hablar de un plan dotado con unos 2.000 millones de dólares para poner a punto las desvencijadas infraestructuras del país y llevar internet a las zonas rurales. Es prácticamente el único tema sobre el que la Casa Blanca aún hablaba con los demócratas desde que en enero tomaron el control de la Cámara de Representantes del Congreso. Pero los puentes y carreteras tendrán que esperar. Trump se niega a colaborar en la tramitación de esta o cualquier otra medida mientras no pongan fin a sus intentos de investigarlo, que abordan desde sus finanzas personales, los intentos de obstruir a la justicia documentados por el fiscal especial o posibles conflictos de interés.
“Antes de venir, estaban en una reunión para hablar de la palabra ‘i’”, dijo indignado Trump en referencia al término impeachment, destitución en inglés, el tema que en efecto habían discutido los demócratas en el Congreso. La speaker Nancy Pelosi tiene cada vez más problemas para frenar al creciente grupo de congresistas que aboga por lanzar el proceso, al menos para que los jueces les den acceso a diferentes documentos y testigos que la Casa Blanca les ha vetado y puedan investigarlo. Pelosi también cree Trump merecería ser sometido a un impeachment pero discrepa sobre su utilidad. Los republicanos lo frenarían en el Senado, la opinión pública no está a favor y, a la postre, alega la veterana demócrata, podría jugar en su contra e impedir sacar a Trump de la Casa Blanca a través de las urnas en el 2020. Su sospecha es que el presidente les está tendiendo una trampa.
Tras discutir el tema con sus colegas, Pelosi declaró que creen que Trump “está implicado en una operación de encubrimiento” que podría justificar un impeachment. La frase enfureció a Trump. “Yo no encubro nada”, replicó desde un atril en los jardines de la Casa Blanca decorado con las cifras de lo que costó la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016. “Rezo por el presidente de Estados Unidos”, declaró después Pelosi desde el Congreso.