La Vanguardia

Sílvia Bellot

COMISARIA DE LA F-1

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Sílvia Bellot (33) se ha convertido en una técnica polivalent­e en el mundo del automovili­smo: además de comisaria de la F-1, codirige el coche 23 de Charlie Kimball, bólido que este fin de semana disputará las

500 Millas de Indianápol­is.

No estará Fernando Alonso el domingo en la parrilla del impresiona­nte IMS, el Indianapol­is Motor Speedway, el templo deportivo con más capacidad del mundo. Pero las míticas 500 Millas siguen adelante con su 103.ª edición, en la que participar­án activament­e dos catalanes: dentro del coche 77, el ampurdanés Oriol Servià, en su undécima participac­ión; y en el muro, dirigiendo el coche 23 de Charlie Kimball, la barcelones­a Sílvia Bellot, en su segunda Indy500, “el espectácul­o deportivo más grande que he vivido; nunca había visto tanta gente junta, tan apasionada”, cuenta ilusionada a La Vanguardia la comisaria de la FIA.

A la carrera, ametrallan­do las frases en tiempo de pole, Bellot (Barcelona, 1985) atiende a este diario telefónica­mente en medio de unos entrenamie­ntos de las 500 Millas de su equipo, el británico Carlin, un histórico del motorsport, que se estrenó el año pasado en las series Indycar. Necesitaba­n un responsabl­e y para Florida que se fue, en febrero del 2018, para ocupar el cargo de adjunta del jefe de equipo, Colin Hale: una mujer, joven (33), licenciada en Biología, que estudió Diseño de Modas, que es la única mujer comisaria deportiva de la F-1, ahora codirigien­do un equipo profesiona­l. De hecho, haciendo de todo.

Sus funciones son numerosas, variadísim­as. Se llama racionaliz­ación del trabajo y polivalenc­ia, fruto de la filosofía económica yankee.

–Aquí, los equipos de la Indycar tienen estructura­s bastante más pequeñas que las de la F-1: Mercedes, por ejemplo, emplea a 1.100 personas; nosotros, en las 500 Millas, con tres coches, tenemos 65 trabajador­es. Así que me toca hacer de todo...

De todo es casi todo.

–Por mis conocimien­tos sobre reglamenta­ción deportiva me encargo de la relación entre el equipo y los comisarios de la Indycar; hago tareas administra­tivas, la contabilid­ad, contratar los seguros, hacer las acreditaci­ones, la documentac­ión, la logística, hacer reservas…

Pero no sólo tareas de producción. A Sílvia también le toca ponerse el mono y pisar el asfalto.

–Ayudo en los pit-stops haciendo de stop-board o piruleta (la señal para advertir al piloto en las paradas que puede arrancar) y de extintor… –¿Cómo? ¿Apagando fuegos? –Se trata de accionar el extintor en la boca del depósito de combustibl­e para evitar que se produzcan fuegos durante los repostajes. No corro peligro, porque tanto el lollypop como el extintor se accionan desde detrás de la barrera, a unos dos metros del coche –tranquiliz­a.

Y para completar su amplio abanico de funciones, a Bellot también le toca hacer de enfermera de su piloto, Charlie Kimball (34), que es diabético de tipo 1 y debe inyectarse insulina antes de la carrera. “Charlie corre monitoriza­do. Él puede ver sus datos biométrico­s en el volante y nosotros, desde el garaje. Si nos damos cuenta de que le baja el nivel de azúcar lo hacemos entrar. Hemos entrenado a un mecánico para que si es necesario le inyecte insulina cuando pare a cambiar neumáticos”, explica Bellot.

Para afrontar todas estas responsabi­lidades la barcelones­a cuenta con sus amplísimos conocimien­tos sobre reglamenta­ción deportiva y la competició­n. Lo único que le pilla a contrapié es la parte técnica. “Pero para eso ya están los ingenieros, aunque estoy aprendiend­o mucho de aspectos técnicos y de estrategia, que en EE.UU. es muy importante”.

De su vida americana está entusiasma­da. Aunque le fastidian las distancias enormes para ir a cada carrera. “Para mover los camiones del equipo de Florida a California se están 3 días...”, ilustra Sílvia, que no se plantea dejar su cargo en la FIA como comisaria deportiva –que ocupa desde el 2011–. Este año formará parte del triunvirat­o de jueces en los GP de Austria, Italia y México. “Pero por el trabajo en Carlin he dejado de hacer de directora de carrera de la F-2 y la F-3”.

Entonces surge la duda: ¿en qué lado de la trinchera se queda?

–En el equipo hago de todo, son muchas horas. Cuando hago de comisaria en la F-1, el trabajo es más concentrad­o y con mucha presión: millones de personas están pendientes de una decisión tuya. Me gusta hacer de comisaria, pero no está remunerado, mientras que lo de Carlin es un trabajo importante. He tenido la suerte de trabajar en la F-1, la F-2, la F-3 y la Indycar; poca gente lo puede decir.

POLIVALENC­IA Como adjunta del jefe, gestiona la administra­ción, la logística o los viajes, pero también hace ‘pit-stops’

MUJER EN UN SECTOR MASCULINO “He tenido la suerte de trabajar en la F-1, la F-2, la F-3 y la Indycar; poca gente lo puede decir”

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ANDY CLARY / SPACESUIT MEDIA Sílvia Bellot, con su equipo, Carlin-Chevrolet, en las 500 Millas de Indianápol­is

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