Examen final para Goiat
Con sus reiterados ataques al ganado, el oso Goiat se la juega. ¿Reincidirá y se autocondenará a la repatriación?, ¿o será reeducado a tiempo y evitará la expulsión del paraíso pirenaico? La probabilidad de que acabe siendo retirado sigue siendo elevada. Goiat agranda cada día su fama de depredador. Ya el año pasado se salvó de la expulsión cuando sonaba el gong, al entrar en la cueva para hibernar. Los expertos alertaron, no obstante, de que no era posible expulsarlo sin que estuviera aprobado previamente un protocolo para definir lo que es oso problemático o depredador y se demostrara que no era reeducable. Actuar sin esas cautelas era un riesgo inasumible ante Bruselas, que ha financiado este programa Life.
Goiat ha salido de la hibernación con el mismo ímpetu. Y en aplicación del protocolo está siendo objeto de un seguimiento estricto, entre la tutela y la pedagogía policial.
Mientras, la Generalitat nos anuncia que tiene previsto reunir en breve al grupo de trabajo –integrado por las administraciones competentes–, encargado de hacer una valoración de su comportamiento y de sentenciar si los esfuerzos pedagógicos han servido. En estas pruebas se han incluido incluso medidas de disuasión al ser sorprendido in fraganti atacando al ganado (uso del disparos, cohetes, gritos..), con la finalidad de que el oso vincule su mal comportamiento con la idea de peligro que debe evitar.
¿Se logrará reeducar a Goiat a tiempo? Guillermo Palomero (uno de los máximos expertos) reclama que los intentos de disuasión sean “creíbles y reiterados” y recomienda que los expertos participen en este juicio. No sólo hay que juzgar al oso, sino asumir que el propio programa de reintroducción del oso es un enorme campo de pruebas y de aprendizajes. Pero si Goiat suspende el examen, habrá que restar dramatismo a la expulsión. El éxito del programa de reintroducción lo avalan los otros 44 osos que han logrado el aprobado. Y con nota.