La Vanguardia

Sant Cugat, donde vivir es un lujo

SANT CUGAT DEL VALLÈS

- PALOMA ARENÓS

Sant Cugat del Vallès tiene esencia de pueblo, especialme­nte en el centro y en distritos como La Floresta o Les Planes, pero hace años que se ha consolidad­o como una gran ciudad del área metropolit­ana de Barcelona con más de 90.000 habitantes. Es, por tanto, una urbe con las problemáti­cas asociadas a un crecimient­o imparable –en el 2000 vivían 52.000 almas–, como la vivienda a precios estratosfé­ricos, y a un vasto término municipal de 48 km2 que también repercute en la seguridad, en la movilidad y en la gestión del entorno natural.

Gobernado ininterrum­pidamente desde hace 32 años por CiU (ahora Junts per Sant Cugat), la ciudad se debate en revalidar el gobierno de la alcaldesa Carmela Fortuny (este mandato con 11 concejales) o que se genere un pacto alternativ­o de izquierdas; que podría incluir a la CUP-PC (con 4 ediles), a ERC-MES (3) o a los comunes (2 de ICV-EUiA). Quizás otro escenario sea que ERC dé apoyos puntuales a JxCat si no llega a la mayoría absoluta, como ha venido haciendo en este último mandato en el pleno. O que Ciutadans (3) y PSC (1) den una sorpresa local, reforzados por los resultados de las generales. Sea como sea, no hay nada decidido al 100%.

En los últimos años, la postal de Sant Cugat está llena de casas adosadas con jardín y piscina y siete parques empresaria­les. A menudo, le cuelgan la etiqueta de rica. No es un atributo casual. Es el tercer municipio catalán con una renta familiar disponible por habitante más alta: 23.900 euros en el 2016, según datos publicados por el Instituto Català d’Estadístic­a. El año pasado, el Ministerio de Fomento apuntó que el precio de de compra de vivienda (3.060,5 euros/m2) es el segundo más caro de todo el Estado, por detrás de Sant Sebastián (3.437,3 euros/m2) y por delante de Barcelona (3.053,6 euros/m2). Por lo tanto, el derecho al acceso a la vivienda, especialme­nte de los jóvenes, es uno de los temas claves del debate electoral de estos días.

Las doce candidatur­as actuales coinciden con que trabajarán para

Es el tercer municipio con una renta familiar disponible por habitante más alta de Catalunya y el segundo de España con los precios de compra de vivienda más caros

que nadie tenga que irse de Sant Cugat, expulsado por los precios de la vivienda. Desde Junts per Sant Cugat, Fortuny, mantiene la apuesta de ofrecer líneas de ayudas para hacer frente a los alquileres. La alcaldable de la CUP, Núria Gibert, propone potenciar el parque público de viviendas, ceder una parte de la gestión a cooperativ­as y potenciar el cohousing (vivienda compartida). Gibert lamenta que “la especulaci­ón es una de las causas” que han llevado al municipio a su situación actual. El alcaldable de Sant Cugat en Comú, Ramon Gutiérrez, se suma a este discurso: “Durante 30 años, el gobierno ha mercantili­zado la vivienda”. Desde ERC, la alcaldable Mireia Ingla, propone un “plan de choque” para revertir la situación actual, mientras que el socialista Pere Soler quiere que se impulse un “plan de medidas para acompañar a las personas desahuciad­as”. Por su parte, el alcaldable de Ciudadanos, Aldo Ciprián, se compromete a reducir la carga impositiva de la vivienda, siempre que esta dependa del Ayuntamien­to. Se trata de una medida que también comparte el candidato del PP, Álvaro Benejam, que se conjura para luchar contra la ocupación. El alcaldable de Sant Cugat per la Independèn­cia-Primàries Catalunya, Joan Recasens, está convencido de que la relación entre Catalunya y el Estado “ha perjudicad­o a Sant Cugat en el ámbito de la vivienda”.

La seguridad en las calles, y especialme­nte, en los barrios periférico­s, que limitan Collserola, o en la entidad municipal descentral­izada de Valldoreix, es un tema de gestión delicada porque dispara el alarmismo de los vecinos. La mayoría de los alcaldable­s proponen dotar la ciudad de más efectivos policiales en el cuerpo local. Ciprián (Cs) apuesta por “invertir más en personal y no en material como cámaras inteligent­es y robocops”, en referencia a un robot de patrullaje policial, que la alcaldesa presentó este mayo y que dispone de tres cámaras de 360 grados con visión nocturna. El PSC quiere recuperar la figura del sereno, mientras que la CUP apuesta por crear la policía de barrio. Ramon Gutiérrez (Comuns) reclama que la seguridad de Sant Cugat esté “en manos públicas”. Fortuny expone que su equipo quiere trasladar la comisaría local al lado de la de Mossos de Esquadra para que trabajen más coordinado­s.

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MANÉ ESPINOSA Un pueblo ciudad El entorno del monasterio, epicentro de un municipio que en dos décadas ha incrementa­do su población en casi 40.000 habitantes
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