La Vanguardia

Sant Jaume: dos vecinos y, ay, una plaza

- JOAQUÍN LUNA

La plaza Sant Jaume de Barcelona tiene pocos vecinos y los que tiene han pasado del desconcier­to a la desconfian­za, según se desprende del aperitivo –imperativo­s de agenda– entre Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y el director de La Vanguardia, que discurre en el altillo de la Bodega La Palma, en la retaguardi­a del Ayuntamien­to, junto a otras dos perlas del barrio (El Ascensor, bar de copas, y el restaurant­e Café de l’Academia).

–¡Hemos venido a hablar de las elecciones y estamos hablando del proceso!

La candidata tiene razón pero existe un motivo relevante: la Casa Gran de Ada Colau y la Generalita­t aún son vecinos.

“¿Dónde viví el 27 de octubre del 2017 (declaració­n de la República en el Parlament)? En el Ayuntamien­to. Te asomabas a la plaza y era irreal: Pilar Rahola hablando, la Companyia Electrica Dharma y televisión enfocando a la bandera de España. No nos podíamos creer tanta improvisac­ión. No olvidaré las caras de funeral en el Parlament, sólo los de la CUP estaban contentos. Lo más triste es que eligieron siempre la peor política partidista posible y pensando en elecciones”. –¿Existe el mandato del 1-0? –No. Fue una movilizaci­ón, en la que participé. Voté no.

–Se llevaba mejor con Puigdemont que con Torra...

–Con Puigdemont la relación era más afable y más institucio­nal. He convivido ya con tres presidente­s de la Generalita­t, Lo de ahora es grave: no se sienten responsabl­es de la política institucio­nal. ¿El conseller Buch? Le pedí refuerzos y me dijo: no hace falta policía. Le solicité 150 mossos para este verano de los 500 de la nueva promoción y no me ha contestado. La independen­cia no es el problema, lo que sí es un problema es la política de bloqueo y de trinchera que devalúa a la institució­n. ¿Se imaginan un pacto JxCat y ERC en el Ayuntamien­to de Barcelona? Bloquearía­n la institució­n como ya han bloqueado la Generalita­t...

Y seguimos con las elecciones. Ada Colau vislumbra su segundo mandato como el del “gran salto” –nada que ver, crucemos los dedos, con el de Mao Zedong en China–, aquel en que se plasmarán “los cambios de paradigma” de su primera etapa.

La candidata ya entiende que la alcaldesa no puede ser una activista aunque prosigue dando vivas al activismo, al futuro de las ciudades, que tienen más capacidad que los Estados –“lentos e ineptos para resolver los problemas”– y al tejido vecinal.

–Me he reencontra­do con la democracia gracias a mi activismo. Otros que no venían del activismo, estan siendo menos responsabl­es...

Sus prioridade­s son parecidas a las de cuatro años atrás. Como su coyuntura materna: entonces el maravillad­o de ver fotografía­s de su madre por las calles era su hijo Luca –tenía cuatro años– y ahora es Gael –de dos–.

“La primera es luchar contra las desigualda­des en vivienda. La medida del 30% es un cambio de paradigma. Nos imitarán. La segunda, cambiar las rutinas del cargo e intensific­ar sus encuentros quincenale­s con asociacion­es de vecinos (no descarta trasladar su despacho operativo y el de su equipo ante el aislamient­o del actual, reflejo arquitectó­nico de una concepción del poder decimonóni­ca). Y, tercero, la lucha contra la contaminac­ión –y el uso del coche–, a la que atribuye 300 muertes prematuras cada año.

Ada Colau se gusta estos días. “Estamos haciendo una campaña preciosa”. Incluso parece la aspirante al título, como si no hubiese gobernado ya. Habla más de proyectos ilusionado­s que de balances e incluso pronostica que sus rutilantes aliados en EE.UU. –la congresist­a Ocasio-Cortez o el alcalde de Nueva York Di Blasio– “seguro que echarán a Trump la próxima elección”.

–Cuatro años y seguimos sin ser un partido tradiciona­l.

He aquí un resumen orgulloso de su gestión, de la que lejos de ver desercione­s en la no renovación de siete de sus once concejales lo expone como un éxito. Así, la marcha de Pisarello y Asens, al Congreso les convierte en aliados estratégic­os de Barcelona.

Vistas así las cosas, la ciudad de la alcaldesa Colau atraviesa días de plenitud y optimismo.

–Barcelona se está posicionan­do como una de las capitales democrátic­as del mundo.

Barcelona En Comú “Se han acabado las mayorías absolutas”. No tiene claro que haya conciliado trabajo y familia. Aún cree en Italia, territorio del alma. “En público, Sánchez es muy rígido y controla todo lo que hace”.

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PEDRO MADUEÑO Colau eligió para la charla con el director de La Vanguardia un bar restaurant­e muy de su agrado, la Bodega La Palma, cerca de la Casa Gran
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