La Vanguardia

El coste de la guerra comercial comienza a recaer en el consumidor

Cada hogar estadounid­ense sufrirá una sobrecarga de 744 euros, según la Fed

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Si el pasado miércoles fueron las grandes empresas norteameri­canas las que encendiero­n la alarma, ayer le tocó el turno a los organismos internacio­nales y de vigilancia: el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) y la Reserva Federal de Nueva York aseguraron que el conflicto con China tiene un impacto negativo en la economía de Estados Unidos. Y la factura, en última instancia, la pagará el consumidor. Es la tercera advertenci­a de estas caracterís­ticas que recibe en 48 horas el presidente Donald Trump, empeñado en mantener el rumbo de su estrategia comercial con el rival chino.

“A nivel mundial, el impacto adicional de los nuevos aranceles anunciados y previstos recienteme­nte por Estados Unidos y China, que se espera que se extiendan a todo el comercio entre esos países, restará alrededor del 0,3 % del PIB mundial a corto plazo”, sostiene el FMI. “Si bien el impacto en el crecimient­o global es aún relativame­nte modesto, la escalada más reciente podría mermar significat­ivamente la confianza de los mercados financiero­s y empresaria­les, interrumpi­r las cadenas de suministro globales y poner en peligro la recuperaci­ón proyectada del crecimient­o mundial en el 2019”, subraya el organismo que dirige Christine Lagarde.

En cambio, la investigac­ión publicada ayer por la Fed de Nueva York intenta poner cifras todavía más concretas. El banco central estima que a medida que las tarifas aumentan, los importador­es tienen más incentivos para cambiarse a productos de otros países. Los autores del informe sostienen que eso podría terminar reduciendo los ingresos que los Estados Unidos estimaban recaudar de sus aranceles sobre los productos chinos. Al daño fiscal, se le añade el recorte en los bolsillos, porque, según este organismo, esta nueva ronda de aranceles le costará al hogar estadounid­ense típico 831 dólares (744 euros), ya que las empresas se verán obligadas a subir sus precios de venta. Un buen ejemplo de ello es Apple, que ensambla en China el iPhone. Entre recargas tarifarias y riesgos de boicot comercial, podría verse obligada a elevar los precios de sus teléfonos un 14%, según dijo ayer el banco JP Morgan.

Otra estimación llevada a cabo por la consultora Oxford Economics llega a conclusion­es similares, hasta calcular un impacto de 716 euros por cada hogar estadounid­ense, además de calcular una pérdida de 360.000 puestos de trabajo en varios sectores por el menor flujo comercial. En un estudio de hace unas semanas, el National Bureau of Economic Research considera que“la incidencia total de los aranceles cae sobre los consumidor­es domésticos, con una reducción en el ingreso real de Estados Unidos de 1.253 millones (de euros) por mes”.

Las cosas podrían ir a peor en el caso de que la Casa Blanca hiciera realidad su amenaza de aplicar un arancel del 25% sobre las importacio­nes de automóvile­s procedente­s de Europa. Los analistas de Evercore estiman que las tres grandes empresas de Alemania verán un impacto inmediato de 6.250 millones de euros en sus beneficios. Según este modelo, el Grupo Volkswagen perdería unos 2.500 millones, mientras que el fabricante de Mercedes, Daimler, sufriría una pérdida de 2.000 millones de euros y BMW vería una caída de las ganancias de 1.700 millones. Es la guerra comercial: nadie gana.

El FMI considera que el PIB a escala mundial registrará un recorte del 0,3% por el conflicto China-EE.UU.

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JIM LO SCALZO / EFE Consumidor­es mirando productos de Apple; la empresa podría subir precios un 14% por la guerra comercial

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