Escuchar un tango en Buenos Aires y dormir en el desierto del Sáhara
Entramos en el Café Tortoni de Buenos Aires
como si cambiáramos de época. Inaugurado en el año 1858, este local de estilo francés es uno de los más importantes de la capital argentina, tanto para los escritores y artistas que se encontraban aquí (entre ellos, Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Alfonsina Storni) como para los amantes del tango que, incluso a día de hoy, visitan este encantador establecimiento para encontrar a algunos de los artistas más reputados. Porque aquí podréis escuchar y vivir en primera persona esta popular danza de
orígenes multiétnicos (mezcla indígena, africana y criolla) que os alegrará la vista y el oído a partes iguales.
Otra propuesta para cuidar nuestro oído tiene que ver con una música muy particular, en este caso producida de forma natural en el desierto del Sáhara.
Para escucharla, lo habitual es contratar algún tour organizado que salga desde el pueblo de Merzouga, en Marruecos, y que nos lleve en camello hasta una zona alejada, donde se coloca una pequeña
haima para pasar la noche. Después de degustar una cena bereber, podemos aventurarnos a subir las resbaladizas dunas del desierto. Si llegamos a la cima de alguna de ellas, y hacemos un pequeño desprendimiento de arena, generaremos
un sonido único, marciano, que aquellos que estén debajo no podrán creer. Un fenómeno natural, ya descrito por Marco Polo, que es conocido popularmente como “el canto de las dunas”.