La Vanguardia

La encrucijad­a de JxCat

Confían en un triunfo europeo y en resistir en las municipale­s

- SERGI QUITIAN

Dice la teoría de la manta que si la usas para taparte la cabeza, tendrás frío en los pies. Y viceversa, si te cubres los pies, dejarás la testa al descubiert­o. Mal asunto si el tiempo no es plácido, como sucede en JxCat, que en su fuerte apuesta por erigir a Carles Puigdemont como voz cantante de la formación tras el convulso tránsito del PDECat aspira a cosechar un oxigenante triunfo en las elecciones europeas a la vez que lucha por esquivar un bache en su aparato municipal.

“Dos urnas, una misma papeleta”, proclamó ayer en el mitin final de campaña en la sala Barts de Barcelona el presidente de la Generalita­t, Quim Torra. Dos exámenes diferentes en un día a los que JxCat acude con distintas expectativ­as. El temario europeo se lo conoce bien, tanto que confía en ser la lista más votada. Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí lideran una candidatur­a que, tras driblar el veto de la Junta Electoral y bajo la marca Lliures per Europa, ha querido subrayar precisamen­te esto, su libertad de movimiento­s por distintos países de la Unión Europea (UE). En este sentido, los tres exmiembros del Govern –no siempre juntos– han pasado por Liubliana, Berlín, Londres, Venecia, Luxemburgo, París y, claro, Bruselas. Un tour continenta­l en el que, más allá de defender el legado del 1-O, han querido reivindica­r el procés como ejemplo para impulsar una mayor democratiz­ación de la UE. “Es un conflicto de dimensión europea, que conecta con una Europa que quiere mejorar su calidad democrátic­a y que hoy está en peligro por la indolencia de los estados ante la regresión de los derechos”, reivindicó Puigdemont tras recordar la suspensión de los diputados dictada por la Mesa del Congreso. “Entraremos en la Eurocámara para ser la voz de los rehenes y contribuir a encontrar una solución política a este conflicto”, siguió el expresiden­t.

Los posconverg­entes apelan a la marca Puigdemont para que su tirón electoral se traslade a las dos urnas

Sin embargo, en el test local llegan las dudas. Los posconverg­entes ponen en juego este 26-M un músculo municipal hasta ahora siempre sólido. Ganaron en el 2015 y asumieron más de 400 alcaldías, además de controlar las diputacion­es. Ahora JxCat sabe que la rigidez de su proyecto depende de cómo resista en las municipale­s. Aquí su amenaza es ERC, que les rebasó el 28-A en feudos como Girona, Sant Cugat del Vallès, Reus o Vic. El duelo europeo Puigdemont-Junqueras tiene su eco en los ayuntamien­tos.

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