Valls promete ser el “alcalde de todos” y confía en dar la sorpresa
El candidato a la alcaldía se erige como “el único voto útil para el cambio en Barcelona”
Tanto para los que piensan como él como para los que no. Manuel Valls cerró la campaña ayer declarando su intención de ser “el alcalde de todos los barceloneses”, porque “no hay fronteras, ni trincheras, ni enemigos, ni buenos, ni malos catalanes, como dicen los supremacistas”.
Ante las que considera “las elecciones municipales más importantes desde 1979”, el candidato a la alcaldía defendió su modelo de ciudad frente al “deterioro” que achaca a Ada Colau para “volver a ser una Barcelona segura, bien gestionada y abierta al resto de España y Europa, que hable a todo el mundo”.
El exprimer ministro francés se mostró confiado en “dar la sorpresa” cuando cierren los colegios electorales mañana domingo y proclamó su candidatura como “el único voto útil para el cambio” porque “Colau y Maragall son las dos caras de la misma moneda” y porque “votar a Collboni es votar a Colau ya que Pedro Sánchez pedirá a Collboni hacerla alcaldesa para ser él presidente”.
El candidato de Barcelona pel Canvi-Ciudadanos escogió el pasaje de los Campos Elíseos, en el corazón del Eixample, para despedir la campaña con un guiño a un pasado que le dota de un áurea de liderazgo. Arropado por su madre y rodeado de simpatizantes, exhibió su cara más desenfada y desenvuelta con el micrófono en la mano, sin atril delante. No escondió que le habría gustado que la campaña durase unos días más y, papeleta en mano, se erigió como la mejor opción para Barcelona.
El candidato agradeció explícitamente el apoyo de personas que aparecen en esa papeleta como Celestino Corbacho, número 3 de la lista, “un socialista que se fue del PSC porque cree en una Catalunya catalana, española y europea”. También destacó el trabajo de la cuarta de la lista, Eva Parera, como representante de aquellos “catalanistas que creen en una España unida y diversa”. Con todos ellos y los miembros de Ciudadanos, el candidato defendió su candidatura como la más transversal y puso punto y final entre gritos convencidos que le llamaban “alcalde”.