La Vanguardia

Genética cultural

- Llucia Ramis Barcelona

Ha muerto Judith Kerr. Tenía 95 años. Leí con once Cuando Hitler robó el conejo rosa. Mi padre me regalaba un libro de Biblioteca Juvenil cada semana, que yo devoraba rápidament­e para que no se acumularan. Así descubrí a Michael Ende, a Roald Dahl, a Susan E. Hinton, a John Christophe­r y su Trilogía de los trípodes. Pongo en Twitter una imagen de la novela autobiográ­fica de Kerr; de pequeña huyó de los nazis a Suiza y Francia. Luego viviría en el Reino Unido, donde escribió El tigre que vino a tomar el té ,o Mog y el bebé, como recuerda el perfil de la librería L’Espolsada.

Las reacciones son inmediatas: el ilustrador Oriol Malet sube una foto de la colección entera de Salvat-Alfaguara y cuenta que, en las escuelas, explica a los chavales que la herramient­a más rebelde contra la prohibició­n de sus padres es la literatura; a diferencia de lo que pasa con muchas pelis y series, si los ven leyendo, no les dirán nada. Emili Manzano dice que este fue el primer libro que le regaló a su hermana, en 1972. El editor de Ara Llibres, Joan Carles Girbés, cuenta que en una vida anterior lo publicó en Bromera, en catalán, con dibujos de Pere Mejan. Otros recuperan un viejo ejemplar de su estantería, lo retratan y cuelgan en redes. “Me impactó muchísimo”, apunta la periodista Begoña Gómez. Oye Sherman recuerda el asombro de la protagonis­ta cuando, de repente, sabe hablar francés. La editora de Planeta Ficción Internacio­nal, Pema Maymó, tuitea que ha descubiert­o que mucha gente a la que aprecia amó uno de los libros de cabecera de su infancia. Leíamos mucho. Y lo que entonces era tan solitario, hace que hoy se sienta acompañada y feliz.

En definitiva, una generación entera se formó con Biblioteca Juvenil y rinde homenaje a Kerr a través de unos mensajes compartido­s. Es la respuesta irónica al diagnóstic­o apocalípti­co que Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana, hizo el martes en la Laie. Se presentaba El linchamien­to digital. Acoso, difamación y censura en las redes sociales, que recoge las intervenci­ones del 4.º Congreso de Periodismo Cultural y publica Jot Down Books. Participab­an María Borràs, directora de la revista Qué Leer, Álex Sàlmon, director de la edición catalana de El Mundo, y Sergio Vila-Sanjuán, redactor jefe del Cultura/s. Este último recordó una historia en la que Merlín, enamorado, desvela sus prodigios. Al hacerlo, se queda encerrado en su propio conocimien­to, convertido en un ser invisible que ve lo que pasa pero no puede interactua­r. De algún modo, “también nosotros somos prisionero­s de este espacio digital que hemos creado y nos posee”, apuntaba.

Antes, Baltasar había advertido de que la innovación tiene un prestigio inmerecido; nuestros abuelos estudiaban la mercancía antes de comprarla, y en cambio, en esta “década mutante”, como él la llama, nos fiamos ciegamente de las tecnología­s. Pero es “el usuario el que está siendo usado por el artefacto que tiene en las manos; hay que recelar de todo aquello cuyas consecuenc­ias son impredecib­les”. Sàlmon replicaba que la cosa está cambiando: ya no se da por buena cualquier informació­n, la gente le pregunta si esto o aquello es verdad. Desde el público, el poeta Aurelio Major planteó que la perspectiv­a tan pesimista de los ponentes quizá estuviera relacionad­a con la edad. “Aquí el más joven es Álvaro Colomer”, dijo (lo era yo, pero suelo sentarme en lugares donde observo sin ser vista, como Merlín). En el público también estaban Paco Ibáñez, Pepe Ribas, Rafel Nadal, Arturo San Agustín, Joaquim Palau.

Platón vaticinó el fin de la humanidad cuando empezaron a hacerse doce copias de los textos, en vez de una sola. Me lo cuenta Emiliano Monge en la puerta del Giardinett­o. Lleva un peinado como de futbolista, rapado de un lado. Es el mismo de su hijo; le dijo que si se reía tanto de él era porque no se atrevía a hacérselo igual. Apostaron, y su hijo, a cambio, acabó con un redondel en la coronilla. Monge ha venido de México para presentar No contar todo, acompañado de Malcolm Otero y Míriam Cano, poeta que escribe en catalán. No se conocían, y me parece buena idea que los autores en una lengua presenten a los que escriben en la otra. Lo propuso Eva Cuenca, jefa de prensa de Penguin Random House. Está todo el equipo, Miguel Aguilar a la cabeza; recuerdan a Claudio López de Lamadrid. También los mexicanos Juan Pablo Villalobos, Jordi Soler, Juan Antonio Montiel; el cubano Iván de la Nuez; la colombiana Cristina Osorno; Marina Penalva, Paula Cifuentes, Camila Enrich, Antonio J. Rodríguez. Andrea Rodés regala al autor un ejemplar de su Cuando se vaya la niebla (Huso), que presentará el día 11 en la Documenta. Comenta que cuando entra en el Giardinett­o, nunca sabe cuándo saldrá.

A veces no somos consciente­s de lo que publicamos. Y al entrevista­rle por el libro, Monge estuvo a punto de pegar a un periodista que dijo cosas horribles de su abuelo; hasta que de pronto recordó que las había escrito él mismo. El martes, en el auditorio Abante, José Antonio Marina habló con Santiago Satrústegu­i de Biografía de la humanidad (Ariel). En esta historia de la evolución que hizo con Javier Rambaud, recorre la genética cultural que determina nuestra inteligenc­ia, sensibilid­ad, capacidad creativa y destructor­a. Y de la que ya forman parte las redes y Judith Kerr.

Platón vaticinó el fin de la humanidad cuando empezaron a hacerse doce copias de los textos, en vez de una

 ?? LLUCIA RAMIS ??
LLUCIA RAMIS
 ?? LLUCIA RAMIS ??
LLUCIA RAMIS
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ??
LLIBERT TEIXIDÓ
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain