La Vanguardia

El diez del centenario

Señalado por tener sangre de horchata, el capitán ha madurado y esta noche quiere imitar a Baraja y Mendieta

- CARLES RUIPÉREZ

En catalán se utiliza la frase “tita freda” para calificarl­os. En Argentina se les tacha de “pecho frío”. En València se les grita que tienen “la sangre de horchata”. Sólo los que lo han sufrido en sus carnes entienden lo que es ser la diana fácil de unos aficionado­s que lo arreglan todo con el clásico varonil de echarle huevos. Carles Rexach, Leo Messi o Dani Parejo saben lo difícil que es quitarse esa etiqueta, el sambenito de jugador poco implicado. Son sospechoso­s habituales. Hay que jugar muy bien al fútbol para convencer a los opositores y, en cambio, a la mínima parece que se vuelve a la casilla de salida.

Pero 55 partidos –sólo se ha perdido cinco–, más de 4.600 minutos, 10 goles, nueve asistencia­s, 1.934 pases buenos con un 87% de acierto en la Liga y 270 pelotas recuperada­s no son números de un futbolista que se escaquea, se esconde o no mete la pierna. Así es como Dani Parejo (Coslada, 16/IV/1989) se ha metido en el bolsillo a Mestalla, a sus detractore­s y hasta al selecciona­dor, Luis Enrique.

Con Marcelino García Toral no hubo tantos problemas. Ambos tuvieron

feeling desde el primer día de entrenamie­nto. Llegó el técnico asturiano en el verano del 2017 y le dio el mando del juego y del vestuario con el brazalete. “Es un grandísimo futbolista, será el capitán de este equipo y una clara referencia dentro del vestuario porque así lo aceptan sus compañeros”, explicó.

Y Parejo, con fama de cabeza loca, ganada a pulso, ha respondido convirtién­dose en el cerebro de un Valencia de Champions por segunda temporada consecutiv­a. Atrás quedan sus faltas de profesiona­lidad y sus escarceos nocturnos. Como el positivo en un control de alcoholemi­a al volante en el 2012, su indiscipli­na en la pretempora­da del 2016 en la que llegó a ser apartado por Ayestaran al querer forzar su salida al Sevilla o su vídeo fumando en una discoteca en tiempos de Prandelli.

Ahora se habla de él por su peso en el juego, por su fútbol, por su técnica y calidad. Ya no le silban. Ya no le insultan por la calle. Después de verlas de todos los colores, Parejo hoy es el diez del centenario y puede acabar imitando a Baraja, capitán en la final de la Copa del 2008, y a Mendieta, que justo hace 20 años y también en Sevilla, en el estadio de La Cartuja, recogió el trofeo. Todos centrocamp­istas. “Llevo ocho temporadas en el club. El viaje no ha sido sencillo ni de rosas. Pero estoy a 24 horas de jugar una final con el Valencia, lo que es increíble. Y sería un sueño levantar el título. El año no empezó siendo el mejor. Pero hemos acabado cumpliendo nuestros objetivos. La Copa sería una guinda al año del centenario”, explicó sus sensacione­s. Precisamen­te, enfrente tendrá al entrenador, Marcelino aparte, que mejor le ha entendido: Valverde. Con él empezó a jugar de 6, de organizado­r. Hasta entonces era un mediapunta irregular, que alternaba genialidad­es con lagunas extensas. “Cuando me puso a mí sólo por delante de la defensa pensé: ‘Este hombre está loco’. Pero fue un máster de 6 meses. Me enseñó el juego posicional y la colocación. La gente piensa que roba balones el más fuerte, y los roba el que mejor lee la jugada”, confiesa el madrileño. “Valverde decía que Parejo era la luz, que cada vez que él tenía el balón el equipo veía la luz”, rememora Braulio, el director técnico de la época.

Quizás por eso, traslada para esta noche el papel de favorito al Barça. “No es cuestión de quitarme la presión. Cuando juegas contra el Barça, ellos son los favoritos el 90% de veces. Es verdad que desde fuera parece que nosotros venimos como motos y ellos van a tirar la Copa. No creo que sea así. Llevan seis finales seguidas y tienen al mejor jugador del mundo”, razona.

Si hay otro nombre que le acompaña siempre es el de Alfredo di Stéfano, quien le señaló como su favorito en la cantera blanca. “Si se va, no volveré a la ciudad deportiva de

DE LAS CRÍTICAS A LOS HALAGOS “Llevo ocho años en el club; el viaje no ha sido sencillo ni de rosas, pero una final es la guinda al centenario”

NINGUNO DE TITULAR Favorito de Di Stéfano, apenas jugó 5 partidos en el Real Madrid, ya que Mijatovic le descartó

SUS DOS GRANDES MAESTROS Marcelino le dio el brazalete pero fue Valverde quien le puso de 6; “pensé: ‘este tío está loco’”,

Valdebebas”, se opuso el entonces presidente de honor del Madrid a su cesión al Queen’s Park Rangers en el 2008. Al final, no jugó ni 90 minutos con el Madrid. Apenas cinco partidos como suplente. En el primero, entró por Sergio Ramos. La decisión de Mijatovic, entonces director deportivo, de no contar con él le llevó al Getafe y dos años después, por 6 millones, al Valencia, donde ya lleva 335 partidos. “Debería retirarse en el Valencia y ser considerad­o uno de los grandes de la entidad”, pide Cañizares. “De largo ha sido el mejor de la temporada”, le ensalza el exportero. Hoy seguro que, por su forma de ser y por estar vacunado contra la presión, tampoco se esconderá. Balones a Parejo.

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fútbol. Parejo llegó en el 2011 del Getafe por 6 millones y en su primer año ni marcó. Hoy es internacio­nal y lleva 335 partidos
Cómo cambia el fútbol. Parejo llegó en el 2011 del Getafe por 6 millones y en su primer año ni marcó. Hoy es internacio­nal y lleva 335 partidos

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