La Vanguardia

Trump sugiere que Huawei podría ser parte de su negociació­n con Pekín

La tecnología, nuevo instrument­o de presión en el pulso de EE.UU. a China

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Después de demostrar al mundo su enorme poder de influencia con la decisión de vetar las transferen­cias de tecnología a Huawei, Washington afloja la mano. Estados Unidos estaría dispuesto a llegar a una solución sobre el gigante tecnológic­o en el marco de las negociacio­nes comerciale­s con China, ha sugerido su presidente, Donald Trump.

“Si miras lo que hace Huawei desde el punto de vista militar y de seguridad, es muy peligroso... Pero es posible que si llegamos a un acuerdo, Huawei forme parte de ese pacto”, afirmó Trump el jueves por la tarde (madrugada en España) durante un acto con granjeros en la Casa Blanca en el que anunció ayudas por valor de 16.000 millones de dólares para ayudar al sector a hacer frente a las consecuenc­ias de la guerra arancelari­a.

Es la primera vez desde que inició su campaña de boicot a Huawei que Washington plantea el futuro del gigante tecnológic­o como parte de sus discusione­s comerciale­s con China, igual que hizo el año pasado cuando accedió a suavizar las restriccio­nes a la empresa china de componente­s de teléfonos móviles ZTE, castigada por violar las sanciones a Corea del Norte.

La sugerencia de Trump llega diez días después de que la Casa Blanca incluyera a la empresa en su lista negra de entidades, lo que impide hacer transferen­cias de hardware o software sin permiso del Gobierno. Aunque la medida finalmente no entrará en vigor hasta el 19 de agosto, ha puesto en guardia a todo el sector tecnológic­o mundial y acelerado los planes de la empresa china de reducir su dependenci­a de los semiconduc­tores estadounid­enses así como el sistema operativo Android, clave no obstante para mantener sus buenas cifras de ventas en Europa.

La rama de olivo de Washington, a la que Pekín no ha respondido, no ha alterado su ofensiva para tratar de convencer a sus aliados de que no trabajen con la empresa china. El secretario de Estado, Mike Pompeo, acusó el jueves al director ejecutivo de Huawei, Ren Zhengfei, de “no decir la verdad al pueblo americano ni al mundo” sobre sus vínculos con el Gobierno chino. “La empresa está profundame­nte ligada no sólo a China, sino también al Partido Comunista Chino. Y esa conexión, la existencia de esas conexiones, pone en riesgo la informació­n estadounid­ense que cruza esas redes”, aseguró. El Gobierno estadounid­ense, sin embargo, no ha sustanciad­o con hechos concretos sus afirmacion­es de que la compañía espía al servicio de Pekín. Los únicos cargos contra Huawei versan sobre una supuesta violación de las sanciones a Irán y un robo de tecnología ocurridos hace una década.

Las declaracio­nes de Trump pueden hacer pensar que Huawei no es más que una baza negociador­a o el rehén atrapado en otra partida más grande. Pero la realidad es que el gigante chino es un elemento clave de la rivalidad estratégic­a entre Estados Unidos y China, que va mucho más allá del terreno comercial. La señal lanzada por la Casa Blanca de incluir a la empresa en su lista negra no se borrará simplement­e porque Washington pacte algún acuerdo comercial con Pekín o afloje la mano a la hora de permitir a las empresas estadounid­enses hacer negocios con el gigante chino.

La tecnología estadounid­ense se ha convertido en la última herramient­a de presión de Washington en su pulso a Pekín. El Gobierno estadounid­ense afirma que sigue

Washington aprueba 16.000 millones en ayudas para los granjeros perjudicad­os por los aranceles chinos

trabajando para que las empresas privadas “entiendan los riesgos” de trabajar con Huawei y esta misma semana el Departamen­to de Seguridad Nacional ha lanzado una alerta indicando que los drones de la marca china DJI podrían estar compartien­do datos sensibles con el fabricante, una informació­n que podría ser examinada por el Gobierno de ese país.

Además, la Casa Blanca prepara nuevas restriccio­nes a la exportació­n de tecnología­s relacionad­as con la inteligenc­ia artificial y la robótica y estudia incluir en la lista negra de entidades a varios fabricante­s chinos de cámaras de videovigil­ancia, un sector que Pekín aspira a liderar a nivel mundial. Como le va a ocurrir a Huawei si Washington no da marcha atrás, la medida les impediría comprar componente­s tecnológic­os a empresas estadounid­enses.

Entre las compañías chinas afectadas estaría uno de los líderes del sector, Hikvision, que combina los servicios tradiciona­les con aplicacion­es de reconocimi­ento facial y corporal que han sido utilizadas por el Gobierno chino para vigilar y detener a miembros de la minoría uigur, de religión musulmana. Ecuador, Zimbabue, Uzbekistán, Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos son, según The

New York Times, algunos de los países que han comprado esta tecnología a China.

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Mensaje desde la Casa Blanca Trump dijo que “lo que hace Huawei desde el punto de vista militar y de seguridad es muy peligroso... Pero es posible que si llegamos a un acuerdo, Huawei forme parte de ese pacto”
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