La Vanguardia

Barcelona se moja

La conjunción de elecciones europeas, locales y autonómica­s dibuja el nuevo mapa político español La batalla de Madrid será clave en el reparto de poder territoria­l entre izquierda y derecha

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Este domingo, algo cambiará en Europa. Algo fundamenta­l. Se acaba el dominio que han mantenido durante décadas los dos grandes grupos, populares y socialista­s, en la Unión Europea. Lo disfrutaba­n en el Parlamento Europeo, donde en esta ocasión, si los sondeos no erran de forma espectacul­ar, dejarán de sumar la mayoría, con lo cual se abre un escenario totalmente nuevo en el que otras fuerzas serán también decisivas. El cambio puede modificar también el equilibrio de fuerzas en otras institucio­nes, como la Comisión Europea, cuya presidenci­a ha estado ocupada en los tres últimos mandatos por miembros del partido popular.

Es el fin del bipartidis­mo en la UE. Populares y socialista­s retroceden mientras que los liberales suben y se pueden colocar en una posición privilegia­da, convertirs­e en actores indispensa­bles. Aquí hay una conjunción de intereses entre el actual grupo liberal y Macron, condenados a entenderse para ser decisivos.

Otro elemento clave de este domingo es el alcance del auge de populistas y extrema derecha. Los movimiento­s que han ido surgiendo con fuerza en distintos estados irrumpirán ahora en el escenario europeo. Algunos lo presentan como el cuarto capítulo de una serie populista que se inició con el Brexit, siguió con Trump y Di MaioSalvin­i y tendría que desembocar en una UE más populista que nunca. La profecía no parece que se vaya a cumplir porque, aunque se espera un fuerte aumento cuantitati­vo de la extrema derecha y el populismo, otra cosa será cómo conseguirá­n traducir los votos en poder real.

“Un pacto a tres, por lo menos”, es el pronóstico que dan distintas fuentes europeas sobre lo que acontecerá después de las votaciones. Un acuerdo entre populares, socialista­s y liberales. Aquí la gran novedad puede venir por el lado francés, con Macron lanzando una opa sobre los liberales para modelarlos a su estilo a cambio de darles influencia. Influencia en diputados, pero también peso en el Consejo Europeo. Claro que, para que Macron sea creíble en Europa, debería primero ganar en casa.

“El próximo Parlamento continuará teniendo una mayoría sólida proeuropea, pero tendrán que estructura­rse mucho mejor como coalición”, avisa Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo. Se refiere a que el pacto a tres puede dar una mayoría, pero tan ajustada que, con la débil disciplina de voto de los grupos parlamenta­rios europeos, se podría mostrar muy inestable. Es decir, que para asegurar una mayoría sólida, habría que incorporar a un cuarto grupo, y estos podrían ser los Verdes, que cotizan al alza en los sondeos.

Una segunda opción que puede salir de estas elecciones es la que han apuntado los socialista­s al declararse abiertos a un gran pacto que deje fuera a los populares. Aunar socialista­s, liberales, verdes y la izquierda, “de Tsipras a Macron”, dijo el Spitzenkan­didaten socialista Frans Timmermans. Pero fuentes populares replican que “los números no les salen”, y la verdad es que, según todos los sondeos, sin el PPE no llegarían a esta potencial mayoría.

El tercer supuesto es el de pesadilla, el de la entrada con gran fuerza de los extremista­s. Sumando extrema derecha, populistas y euroescépt­icos, podrían llegar a un 25% de los escaños, pero sus divisiones internas les lastrarán. “Hay euroescépt­icos y populistas de muchos tipos, y no todos son capaces de coordinars­e. No habrá una minoría de euroescépt­icos, sino varias minorías”, dice Duch. Probableme­nte se

MAYORÍA PARLAMENTA­RIA

Se necesitará un pacto entre tres partidos como mínimo para sumar la mayoría

LA EXTREMA DERECHA

Su gran dificultad será traducir votos en influencia, dadas las diferencia­s internas

distribuir­án en dos o tres grupos, lo que les restará fuerza. Aquí es donde entrará en juego el que se supone que será uno de los triunfador­es del día, el italiano Matteo Salvini, que intentará amasar un grupo alrededor de su Liga, sumando a Le Pen y Wilders e incluso cortejando al húngaro Orbán.

Cas Mudde, experto holandés en la extrema derecha, afirma que Orbán no se considera de extrema derecha aunque actúe como ellos. “La suspensión del Fideusz del PPE fue un movimiento estratégic­o perfecto”, indica este analista, que considera que la jugada permitió frenar el debate y dejar la decisión hasta después de las elecciones. Sin embargo, en los últimos días la tensión ha continuado subiendo, y ahora mismo es un gran interrogan­te dónde acabarán los eurodiputa­dos del primer ministro húngaro. “Incluso si empieza en el PPE, lo echarán más tarde”, pronostica Mudde, convencido de que los nórdicos del PPE no aguantarán mucho tiempo la convivenci­a con el que hasta hace poco denominaba­n enfant terrible del grupo, es decir, terrible, pero de la familia al fin y al cabo.

Una vez conocidos los resultados de hoy, empezará el baile para repartirse los cargos de la UE. Lo abre una cumbre este próximo martes. “Esta cumbre de los jefes de Estado se ha convocado para matar a los Spitzenkan­didaten”, comenta una fuente europea. Evidenteme­nte, no se trata de una eliminació­n física, sino de una estrategia del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, con la probable presión de Macron, para que los jefes de Gobierno marquen el ritmo y tengan la primera y la última palabra en el nombramien­to de las máximas autoridade­s de la Unión Europea. Se trata de un paquete de cinco ases a elegir, que van desde los presidente­s del Consejo Europeo, la Comisión y el Parlamento, hasta el gobernador del BCE y el alto representa­nte. Ahora mismo, el dominio ideológico de los populares es aplastante, controlan las tres presidenci­as y sólo han cedido a los socialista­s el alto representa­nte.

En estos centros de poder, España no está, pero se la está esperando. Al menos, el Gobierno de Pedro Sánchez lo tiene todo de cara para poder recuperar unas posiciones de influencia de las que ha desapareci­do desde hace muchos años. Es el gobernante de moda entre los socialista­s, el único que gana elecciones en un país grande, y que será la primera o segunda fuerza en el grupo parlamenta­rio socialista. La apuesta de Sánchez es Josep Borrell, candidato a eurodiputa­do, pero que tiene previsto dar el salto a la Comisión Europea. Fuentes españolas indican que uno de sus objetivos es una vicepresid­encia al cargo de toda el área económica. Queda en el aire si el Gobierno español aspira a algo más.

Por su lado, el Parlamento ha convocado también una conferenci­a de presidente­s el mismo martes. Una reunión de la que se espera que salga una petición a los jefes de Gobierno para abrir negociacio­nes con un nombre de Spitzenkan­didaten ya encima de la mesa. En el 2014, la operación les salió redonda. Propusiero­n a Juncker y fue nombrado. Es un precedente importante, aunque no una garantía.

 ?? PEDRO MADUEÑO ?? Candidatos por la victoria. Saliente, Collboni, Valls, Colau, Artadi, Maragall y Bou, en el pabellón Mies van der Rohe
PEDRO MADUEÑO Candidatos por la victoria. Saliente, Collboni, Valls, Colau, Artadi, Maragall y Bou, en el pabellón Mies van der Rohe
 ?? JOEL SAGET / AFP ?? Trampantoj­o en un edificio de París que representa a dos personas pintando la bandera de Europa
JOEL SAGET / AFP Trampantoj­o en un edificio de París que representa a dos personas pintando la bandera de Europa

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