La Vanguardia

Italia convierte las europeas en un ‘referéndum’ sobre Salvini

El voto de hoy será un punto de inflexión en la estabilida­d del Gobierno populista

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Desde hace un año, cuando el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga alcanzaron su difícil pacto de Gobierno, Italia vive en campaña electoral permanente. Cada vez que se han celebrado elecciones en alguna región ambos partidos populistas se han sacado los trapos sucios. Pero estas últimas semanas, con la encendida lucha europea, la tensión está creciendo a niveles insólitos. Luigi Di Maio y Matteo Salvini ya no se dirigen la palabra excepto en los gabinetes del Consejo de Ministros. El grillino dice que el liguista ha perdido la cabeza, y parece que todos tienen claro que a este matrimonio le llegará pronto el divorcio.

En Italia durante esta campaña europea apenas se ha hablado de Europa, porque las fuerzas en el Gobierno son consciente­s de que el voto de hoy es en realidad un plebiscito que juzgará la estabilida­d del Ejecutivo. Así lo ha declarado el mismo líder de la Liga, quien ha dicho que las urnas sólo tendrán dos opciones, Salvini sí o Salvini no. “El 26 mayo no son elecciones europeas, es un referéndum entre la vida y la muerte, el pasado y el futuro, entre una Europa libre y un estado islámico basado en la precarieda­d y el miedo”, aseveró. Tiene todas las de ganar. Los sondeos le colocan en cabeza, con más del 30% de los votos.

El ministro del Interior italiano ha jugado a ser el monarca de los ultraderec­histas europeos, con un acto en Milán reuniendo a jefes de filas de la talla de Marine Le Pen y Geert Wilders bajo su techo. Mientras, el M5E está ofreciendo su cara más moderada para recuperar a los votantes que no le perdonan el pacto

Mientras el liguista juega a ser el monarca de la ultraderec­ha, Di Maio ofrece su cara más moderada

con la ultraderec­ha. Los grillini han abandonado su apuesta antieuro y ya no hablan de acercarse a los chalecos amarillos. Di Maio ha confesado que al ver que no tenían ninguna intención de formar una lista europea los dejaron estar. Compiten con un Partido Demócrata que lucha por la superviven­cia tres meses después de elegir a su nuevo secretario, Nicola Zingaretti, que sueña con un segundo puesto. El cuarto jugador de la partida italiana es el eterno Silvio Berlusconi, que vuelve a presentars­e a eurodiputa­do. Ha hecho una campaña muy discreta, sobre todo en television­es afines, después de que le operaran a sus 82 años por una obstrucció­n intestinal.

Las divisiones en el Gobierno italiano han estado siempre presentes, desde por asuntos como la inmigració­n, las infraestru­cturas ferroviari­as estratégic­as o crisis internacio­nales como la venezolana. Pero que el M5E forzara a expulsar un consejero cercano a Salvini por sospechas de corrupción ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ahora todos los analistas contemplan la ruptura. Si bien unas elecciones antes de verano son improbable­s, cuando comience el curso y tengan que vérselas con la odisea presupuest­aria podrían terminar de firmar la separación. Lo que es seguro es que Salvini querrá aprovechar el cambio de equilibrio­s (el Gobierno está ahora formado con una mayoría de grillini) para imponer a su gente. Y esto, de nuevo, será otra crisis.

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REMO CASILLI / REUTERS Mural que presenta a Salvini en una selfie en el balcón desde el que Mussolini arengaba a las masas

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