Besalú, set de rodaje de ‘Westworld’
Durante tres días se han grabado escenas de la serie de HBO
“¡Qué le vamos a hacer!”, exclamaba resignado el turista israelí Asher Chen tras haber contemplado desde la distancia el imponente puente medieval de Besalú sin poder pisarlo. Este jueves sus accesos estaban cortados y unos vigilantes dotados de walkie-talkies controlaban que nadie se colara en el set de rodaje que ha convertido este municipio bien cultural de interés nacional en un pueblo italiano invadido por las tropas nazis en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Tanques, soldados, metralletas que apuntan al río, esvásticas y sacos a modo de barricadas han transformado el puente y el casco antiguo del municipio que acogió hasta este viernes el rodaje de algunas escenas de la tercera temporada de la serie norteamericana Westworld que la cadena HBO emitirá a partir del año que viene. Actores como Rodrigo Santoro (Love actually, Lost, Los ángeles de Charlie: Al límite), Thandie Newton (Solo: A Star wars story) o Simon Quaterman (The Devil inside) y sus dobles han coincidido con los vecinos durante un rodaje que ha movilizado a 300 personas entre actores, figurantes y personal técnico. Ayer la normalidad se instaló de nuevo en Besalú, municipio que vive básicamente del turismo.
Durante tres días el centro histórico ha sido un lugar inexpugnable, alejado de miradas de curiosos y turistas que han tenido que conformarse con una visión muy genérica de uno de sus principales reclamos, el puente románico sobre el río Fluvià. Los visitantes con ganas de descubrir el legado judío de este pueblo medieval se han quedado con las ganas: “¡Qué lástima!”, decía Sylvie Delhaye, de Borgoña, en su primera visita a Besalú. La alemana Heidi Dettinger, afincada en la Costa Brava, resoplaba cuando fue alertada de que no podría poner los pies en el centro histórico. Jejo, una joven californiana que viajaba acompañada por sus padres, se lo tomaba con filosofía.
Muchos turistas se han mostrado comprensivos con el rodaje. “Esto dará mucha repercusión mediática al pueblo”, afirmaba José Luis Zalduendo, de Navarra. Pero no siempre llueve a gusto de todos. La dueña del hotel Els Jardins de la Martana, cercano al puente, lamentaba la pérdida de clientes debido a los preparativos del rodaje de madrugada, que han perturbado su descanso. “Aquí la gente busca de tranquilidad y buena gastronomía, y durante estos días no han podido hacer ni una cosa ni otra”, se quejaba.
Muchos negocios del casco antiguo fueron compensados económicamente. En otros más alejados del centro, como el bar P-4 notaban el descenso de ventas. “De 20 o 25 buses que vienen a diario, hoy –el jueves para el lector– se ha pasado a tres”, afirmaba su dueño. Sin embargo, se mostraba convencido de que el rodaje será un “aliciente para todo el pueblo” al finalizar la grabación. “Es una campaña de promoción impagable”, afirma el alcalde Lluís Guinó. Ayer, en el primer día posrodaje, ya lo empezaron a notar en forma de una notable afluencia turística.