Misa ‘para agnósticos’
La iglesia de Santa Anna renueva el ceremonial de la Eucaristía
La renovación parroquial que hace unos meses propusieron el padre Michel White y el laico Tom Corcoran, según el modelo iniciado con éxito en su iglesia de Baltimore (Estados Unidos), tiene también imitadores en nuestro país. Es el caso de la eucaristía que cada domingo por la tarde se celebra en la iglesia de Santa Anna de Barcelona (19,30 h) y que algunos ya han llamado la misa “para agnósticos”.
Sin alterar el ritual de la misa católica, tal como surge del concilio Vaticano II, la propuesta de Santa Anna incorpora una ambientación que da más calidez a la ceremonia, con un juego de luces y una disposición de los asistentes alrededor del altar, de forma circular. Se cuida con esmero la música y para ello se ha conseguido el acompañamiento musical de Pau Vallespir, a los teclados, y de Carles Grima, a la percusión, y se concede una especial importancia a la homilía. En ocasiones se cuenta además con el apoyo de imágenes que se proyectan en la pantalla y de las letras de las plegarias y canciones para facilitar la participación. La iniciativa impulsada por el sacerdote Xavier Morlans, vicario de Santa Anna, pretende llegar de esa forma a personas menos habituadas a la práctica religiosa o que se hallan en fase de búsqueda. El medio centenar de personas que habitualmente asisten a esta misa han respondido hasta ahora satisfactoriamente a esta propuesta. Y para quienes prefieren una versión más clásica, incluso con canto gregoriano, se hace otra misa por las mañanas (12,30 h). Dado que se trata de un templo cercano a la plaza de Catalunya, con presencia frecuente
de turistas, se procura en esa misa de la tarde enviar un saludo o realizar un resumen de la homilía en alguna de las lenguas de esos visitantes, generalmente francés, inglés o italiano.
Desde la iglesia de Santa Anna se ha hecho un esfuerzo en los últimos tiempos para acercarse a esa nueva realidad que propone el papa Francisco de ser parroquias en salida. De ahí la experiencia del hospital de campaña que se puso en marcha en enero del 2017 para que la iglesia fuese también el centro de acogida para los sintecho además de para los que no tienen refugio espiritual. Y desde entonces la capilla de la Piedad ha sido un espacio para gente que duerme en la calle. Una iniciativa en la que han tenido un papel destacado tanto la monja Viqui Molins como el padre Peio Sánchez, que también oficia en esta iglesia. Y no han sido las únicas experiencias. En la jornada de puertas abiertas de finales del año pasado hubo un concierto con la presencia de los artistas Marina Rossell, Àngel Llàtzer y Manu Guix. Recientemente Dagoll-Dagom ha ofrecido también un concierto con canciones de su último espectáculo, Maremar, en la nave central, repleta de público. Y ayer mismo fue sor Lucía Caram la que pronunció una charla –que podría repetirse en el futuro– en el marco de un espacio meditativo.
Música, juego de luces y una nueva disposición de los asistentes en la misa