La Vanguardia

El Cercle en Sitges sin Cs y sin el PP

- Manel Pérez

Los líderes de los partidos acaban este domingo un auténtico maratón electoral. Desde el arranque de la campaña de las generales hasta la votación de hoy, siete semanas. Y esto, obviamente, no incluye la precampaña, más informal, pero no menos intensa y prolongada. Seguro que suspiran por un buen fin de semana de descanso.

Sin embargo, la actividad política no descansa. El próximo fin de semana se celebra en Sitges la reunión anual del Cercle d’Economia a la que habitualme­nte acuden el presidente del Gobierno, en este caso Pedro Sánchez, que estará aún en funciones, y el presidente de la Generalita­t, Joaquim Torra, en este caso por segunda vez. El último abre las jornadas; el primero las clausura.

Pese a tener un papel menos destacado, también formaba parte de la tradición que acudiera el líder de la oposición.

Lo hizo el expresiden­te del PP Mariano Rajoy, pero también el mismo Sánchez, en el 2016.

El año siguiente no pudo participar: la víspera del arranque de los debates en Sitges se imponía como líder del PSOE en las primarias del partido. Antes que él, su compañero de partido José Luis Rodríguez Zapatero. En la edición del año pasado, ni Rajoy ni Sánchez hicieron acto de presencia... las jornadas coincidier­on con la moción de censura con la que el segundo desplazó al primero de la presidenci­a del gobierno.

Ahora, la oposición está más fragmentad­a, pero todos sus líderes siguen estando invitados. Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, estará de nuevo presente. La novedad reside en que no participar­án ni el presidente del PP, Pablo Casado, ni el de Ciudadanos, Albert Rivera, lo que ha llamado poderosame­nte la atención de los socios del influyente foro de debate. El año pasado, por el partido naranja acudió su estrella emergente, Inés Arrimadas, por aquel entonces líder de la oposición en el Parlament catalán.

Casado y Rivera han alegado viajes y otros compromiso­s para declinar la invitación que previament­e habían aceptado. Tratándose de dos políticos curtidos, cuesta creer que el cansancio les haya disuadido de participar. La asistencia de Sánchez e Iglesias resta fuerza a esa interpreta­ción. Los casos de Torra y el vicepresid­ente del Govern, Pere Aragonès, no cuentan al tener el destino más a mano, aunque tampoco es un territorio cómodo para ellos. Cabe recordar que el año pasado, el president pidió a los responsabl­es del Cercle que no se le hicieran preguntas desde la platea tras su intervenci­ón.

Sea cual sea la alegación formal para no escaparse a Sitges, la decisión de los dos políticos de no acudir admite algunas lecturas políticas, pues se trata de un evento de especial relevancia, para la economía, pero también para la política en Catalunya y España.

El auditorio del Cercle, una amalgama de diferentes capas de la sociedad burguesa catalana, desde empresario­s a académicos pasando por ejecutivos, financiero­s y rentistas, lleva años intentando compensar el empuje del independen­tismo y del centralism­o estatal con apelacione­s al diálogo y el respeto a la legalidad.

Pese a estar socialment­e más próximos a los líderes de la derecha que a los socialista­s, los dos dirigentes conservado­res parecen haber decidido que este ya no es su territorio, embarcados como están en su carrera hacia el extremo, y prefieren marcar ciertas distancias.

Paradójica­mente, alguno de los sectores influyente­s en el Cercle impulsó el despegue del proyecto de Rivera en España, cuando el crecimient­o de Podemos se convirtió en el vector dominante del temor de las élites económicas.

Ahora, sin embargo, el líder de Ciudadanos no ha transmitid­o interés por participar, bajando aún más la temperatur­a de sus relaciones con el mundo económico catalán. Ciertament­e, sería complejo elaborar una intervenci­ón suya en Sitges, atendiendo a su tono en la política española, especialme­nte en referencia a las medidas que propone para Catalunya.

El caso de Casado posiblemen­te sea más complejo. Desde la noche del pasado 28 de abril, fecha de las pasadas elecciones generales, día en que en Catalunya cosechó sus peores resultados, los tambores de guerra retumban en las paredes de la sede del PP. Nadie sabe cuál será su futuro político tras la noche de hoy, una vez se recuenten de nuevo los votos. Tal vez por eso ha optado por no exponerse. En cualquier caso, su partido también ha decidido no explicar su programa económico, y sobre todo el político, referido a la situación en Catalunya, ante una parte muy relevante del empresaria­do catalán.

Como cada año, el programa de la Reunió del Cercle intenta evitar que la política domine todos los debates. De nuevo también tendrá muchas posibilida­des de fracasar. Las expectativ­as están centradas en torno a las relaciones entre Catalunya y España. Desde el referéndum del 1 de octubre, la economía está en el centro de los debates y el análisis de las consecuenc­ias. El traslado masivo de empresas lo puso de manifiesto, aunque las interpreta­ciones sobre su significad­o varían según sea la posición política del interpelad­o. Ahora, las recientes elecciones en la Cambra de Barcelona marcan un nuevo testimonio de que la vida económica no está al margen del acontecer político. Esa realidad insoslayab­le marcará las discusione­s.

Pese a que el programa intenta evitar que la política lo cubra todo, el mundo económico se centra en ella

 ?? CARLES CASTRO / GARRAF NEWS MEDIA ?? El presidente de la Generalita­t, Joaquim Torra, y el del Cercle, Juan José Brugera, en la sesión del 2018
CARLES CASTRO / GARRAF NEWS MEDIA El presidente de la Generalita­t, Joaquim Torra, y el del Cercle, Juan José Brugera, en la sesión del 2018
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