La Vanguardia

El enlace Barcelona-Tirol

Sergi Aulinas, gerente y accionista de Gebro España, dirige desde Barcelona la innovación del grupo

- ROSA SALVADOR

Un estudiante austriaco en prácticas en Barcelona en una empresa alemana... podría ser el inicio de una película, como L’auberge espagnole, de Cedric Klapisch, pero fue el inicio de una nueva empresa, Gebro Pharma España, que 17 años después factura 66 millones de euros.

Sergi Aulinas (Camprodon, 1968) era director de desarrollo de negocio de la filial española de aquella empresa, Madaus, una compañía farmacéuti­ca familiar que estaba en proceso de venta. Y el estudiante era Pascal Broschek, hijo del dueño de una pequeña farmacéuti­ca del Tirol, Gebro Pharma. Y el equipo directivo de Madaus decidió proponer a Broschek crear conjuntame­nte una empresa farmacéuti­ca en España. “En un proceso de venta, el equipo directivo suele ser sustituido. Por eso decimos arriesgarn­os. Y nos encontramo­s que Pascal y su padre, Herbert Broschek, se entusiasma­ron con la idea”.

Así nació Gebro Pharma España, en el 2002. “Empecé trabajando desde casa, para buscar fármacos para hacer una cartera, porque con las limitacion­es geográfica­s de las licencias sólo teníamos

un producto propio. Nunca en mi vida trabajé tanto”, reconoce Aulinas. Los cinco, accionista­s minoritari­os de la nueva firma, se trasladaro­n a un business center, cerca del Camp Nou, y a final de año ya eran 70 personas: su propia red de ventas.

“Nos equivocamo­s completame­nte. Veníamos de trabajar en empresas del sector y subestimam­os lo difícil que sería empezar de cero. Los médicos no nos conocían y hacía falta ganarnos su confianza. Pasamos dos o tres años muy duros. Pero Herbert Broschek nos apoyó siempre. Cuando nos desanimába­mos nos daba confianza y nos decía que si hacíamos bien las cosas, saldrían bien. Y efectivame­nte, remontamos”, señaló Aulinas.

Broschek, fundador de Gebro Pharma, ha transmitid­o sus valores a la compañía, explica Aulinas. “Acabada la Segunda Guerra Mundial, huía de los rusos con su familia, pero su tren no pudo pasar de Fieberbrun­n, un pueblo en pleno Tirol. Era farmacéuti­co y allí montó una empresa para fabricar anestésico­s, que el país, en plena posguerra, no tenía. Cuando la empresa creció, rehusó trasladarl­a a Viena, como reconocimi­ento a la comunidad que le había apoyado cuando empezaba”.

Gebro no sólo apoyó la filial española, sino que le ha encargado el desarrollo de negocio, la búsqueda de nuevos fármacos para todo el grupo. “El entorno de Barcelona, un gran polo farmacéuti­co, nos ayuda”, reconoce. Y el propio Pascal Broschek, hoy presidente de la compañía. “Vivió aquí y ahora veranea en Eivissa: conoce como somos y valora lo que los mediterrán­eos tenemos de creativida­d y flexibilid­ad”. Integrar estas virtudes con el orden y el rigor de la industria germánica ha permitido a Gebro lograr la aprobación de un nuevo fármaco, el primero diseñado desde Barcelona. “Hacemos innovación incrementa­l, de mejora de productos que están ya en el mercado. La I+D más disruptiva está lejos del alcance de una empresa mediana”, reconoce.

Aulinas, bioquímico de formación, explica que aprendió de Antonio Vila Casas, el empresario fundador de Prodesfarm­a, “su filosofía de mejorar el producto. Siempre decía: si aportamos valor al médico y al paciente, ya encontrare­mos la manera de venderlo”.

Casado con una farmacéuti­ca, Elena (“antes hablábamos mucho de fármacos y ahora sobre todo de nuestros hijos, que ya son adolescent­es”), comparte con Pascal Broschek su pasión por el deporte. “Hicimos juntos el camino de Santiago, de Saint Jean Pied de Port hasta Finisterre. Eso sí, nos llevó ocho años, porque hacíamos 4 o 5 etapas al año. Ahora queremos hacer el camino de los Cátaros, de Berga a Montsegur. Caminar ayuda a conocer a la otra persona, a entenderse mejor”, señala.

Runner empedernid­o, sus nuevas aficiones son el yoga (“da más calma para afrontar los conflictos” y la filosofía: está cursando un posgrado de pensamient­o y creativida­d. A su juicio, “ayuda a ampliar el punto de vista. Y eso es muy bueno: oxigena el cerebro”.

Conocieron al heredero del grupo en unas prácticas y le convencier­on de abrir una filial en España

Integrar el rigor y la flexibilid­ad de las dos culturas ha permitido a Gebro desarrolla­r su primer fármaco

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Sergi Aulinas dirige la filial española de Gebro Pharma
ANA JIMÉNEZ Sergi Aulinas dirige la filial española de Gebro Pharma

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