Realismo materno
Nell Leyshon novela en ‘El bosque’ la vivencia de una mujer dividida entre el amor a su hijo y la pérdida de libertad, en la Varsovia ocupada
Nell Leyshon narra en la novela El bosque las vivencias de una mujer dividida entre el amor a su hijo y la pérdida de libertad en la Varsovia ocupada por los nazis.
Nell Leyshon vivía en España cuando decidió que quería dedicar su vida a escribir. Llegó a nuestro país para aprender el idioma y acabó repensándose su profesión. Hasta el momento, había trabajado en la industria del cine en Londres, donde se codeó con personajes de la talla de Ridley Scott. Pero cuando cumplió 26 años, se dio cuenta de que lo que hacía no le acababa de llenar, por lo que decidió dar a su mundo un giro de 180 grados.
“Estuve en Salamanca y en Madrid. Quería desconectar. Aprender un idioma. Un año después, me
quedé embarazada. Fue entonces cuando sentí una gran necesidad de escribir y expresar lo que sentía” relata la británica a La Vanguardia.
“Recuerdo estar en mi piso madrileño, sentarme frente a mi vieja máquina de escribir y decir… ¿Ahora qué? ¿Qué pondré en la siguiente línea? ¿Qué quiero explicar al mundo? Al no haber pasado por la universidad, mis ideas no estaban ordenadas. Me faltaba una estructura que uniera con sentido mis pensamientos. Entonces lo vi claro: tenía que estudiar”.
Y así lo hizo. Con un bebé entre brazos, se fue al Reino Unido y se sacó la carrera de Literatura. “Soy una mujer de impulsos. Eso sí, fui sólo a una fiesta en tres años”, reconoce entre risas.
Ahí empezó su periplo por las letras. Se estrenó en la profesión con el teatro, donde sigue siendo muy activa, especialmente después de lograr que su obra Bedlam se representara en el Shakespeare’s Globe Theatre. Era la primera vez que una mujer lo lograba.
“No creo que sea mejor que nadie. Pienso que existen muchos prejuicios y que nosotras tenemos más inseguridades que nuestros compañeros. Y eso es lo que muchas veces provoca que no nos atrevamos a más. Hay que jugársela más a menudo y creernos más lo que valemos”, insiste.
No tardó en adentrarse en el mundo de la novela, donde tampoco le ha ido nada mal. Su primer libro, Black dirt (2004), fue candidato al Orange Prize y finalista del Commonwealth Book Prize. Igual
“Hablar de los contras de la maternidad se convierte en un tabú; si lo haces, te juzgan, a veces sin piedad”
repercusión tuvo Del color de la leche, elegido Libro del Año en el 2014 por el Gremio de Libreros de Madrid y con el que vendió miles de ejemplares.
Ahora, propone a sus lectores trasladarse a la Varsovia ocupada por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial con El bosque (Sexto Piso, 2019), un trepidante y sensible relato que promete no dejar a nadie indiferente y en el que nuevamente un niño es el protagonista.
Pawel es un pequeño con mucha imaginación que crece protegido en un ambiente rodeado de mujeres: su abuela, su tía Joanna y su madre Zofia, una mujer dividida entre el amor a su hijo y el pesar por la pérdida de independencia que la maternidad le impone, alejándola de sus lecturas, su chelo y su intimidad.
“Siempre se habla de las cosas buenas que aporta la maternidad. Pero hablar de los contras resulta muchas veces un tabú. Si lo haces, te juzgan, muchas veces sin piedad. Quería hacer una profunda reflexión sobre ello con mis líneas, porque creo que es algo que tarde o temprano pasa por la cabeza de toda mujer”, reconoce la autora, que asegura querer acabar con este “canon que la sociedad ha impuesto”.
La guerra llega y todo se enturbia. Especialmente, después de que el padre de familia aparezca un día en casa acompañado de un piloto británico herido de gravedad. Esto llevará a los protagonistas a vivir una serie de acontecimientos que obligarán a madre e hijo a esconderse en el bosque.
Aislados del mundo que les rodea y con este nuevo ambiente como telón de fondo, Pawel y Zofia tratarán de olvidar el pasado y de convivir con sus propios pensamientos, que son de todo menos tranquilizadores. Además, tendrán que aprender a vivir en este nuevo entorno, que nada tiene que ver con la agitada ciudad de la que provienen. “Sus instintos más primitivos estarán a flor de piel, porque es en la naturaleza donde nos reencontramos con nuestro yo más animal”.
Con su delicada e intimista prosa, Leyshon consigue conmover a los lectores, acercándoles una realidad que es muy probable que desconocieran, al menos con tanto detalle. Porque, como dice la autora, “la historia nos ayuda a no repetir errores”. Y con su relato, ella ha querido aportar su granito de arena, recordando a todos aquellos que se refugiaron en los bosques porque no les dejaron otro remedio.