El fin de la escapada
La compañía sólo tiene 150.000 euros de deudas pendientes y 3 millones de caja
Grand Tibidabo, el holding nacido de la fusión del Consorcio Nacional del Leasing y el parque de atracciones del Tibidabo, que llevó al desastre el financiero Javier de la Rosa a principios de los años noventa, celebra hoy junta de accionistas en Barcelona para acordar la disolución y liquidación de la sociedad.
No será rápido ni fácil porque nada en esta empresa lo es. Nunca lo ha sido. Pero, por fin, el final se acerca. Grand Tibidabo, el holding nacido de la fusión del Consorcio Nacional del Leasing y el Parque de Atracciones del Tibidabo que llevó al desastre el financiero Javier de la Rosa a principios de los años noventa, celebra hoy junta de accionistas en Barcelona para acordar la disolución y liquidación de la sociedad. Hasta el lugar escogido –el salón de actos de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación– parece invitar a los miles de sufridos accionistas (o sus herederos) a bucear en su memoria para recordar la magnitud del desastre que el paso del tiempo no ha podido borrar.
Grand Tibidabo se declaró en quiebra en diciembre de 1999, hace casi 20 años, cuando ya hacía mucho tiempo que se habían evaporado los 30.000 millones de pesetas –unos 180 millones de euros– de activos con los que nació. En aquel momento, tras una gestión lamentable, multitud de episodios dantescos, luchas intestinas e incidencias sin fin, el panorama era desolador. Y hoy, pese a las dos décadas transcurridas, lo sigue siendo, aunque el trabajo de los tres síndicos de la quiebra –Luis Arqued, Agustí Bou y Vidal Correonero– y del consejo de administración ha permitido recuperar algunos activos y reducir las deudas –tanto por pagos realizados como por pleitos ganados a la administración– hasta los 150.000 euros. Grand Tibidabo se liquidará sin deber nada a nadie ajeno a la compañía.
Otra cuestión es el capital. Se daba por hecho que los accionistas lo habían perdido todo, pero podrán recuperar una parte, aunque sea pequeña. Según fuentes del consejo que hoy dejará de existir, “tenemos unos 3 millones de euros en caja y prevemos lograr alrededor de 1,5 millones más por la venta de inmuebles”. Con estas cantidades, la idea es que los liquidadores que nombre hoy la junta tras el cese del consejo procedan ya a un primer pago a los accionistas en el plazo de 20 días, tal como prevé el orden del día de la junta.
A partir de ahí, los liquidadores deberán trabajar para obtener el máximo posible de los activos. Grand Tibidabo mantiene procedimientos judiciales y administrativos para reclamar 17 millones de euros, de los que unos 13 millones corresponden a contenciosos con Hacienda y los restantes 4 millones se derivan de la responsabilidad civil de De la Rosa y otros consejeros condenados en su día por la descapitalización de la sociedad.
La empresa tiene 30 millones de acciones en circulación, de los que alrededor de 7 millones están en el activo de la sociedad y serán amortizadas. Eso beneficiará a los accionistas en el reparto de los alrededor de 4,5 millones que se dan por seguros y de los que se logren obtener más adelante. En el peor de los casos, los accionistas podrán recibir cerca de 20
En el peor de los casos, los accionistas podrán cobrar alrededor de 20 céntimos por cada acción de la empresa
céntimos por acción. En el mejor, con bajas probabilidades de convertirse en realidad, hasta un euro por acción.
El reintegro a los accionistas, por la vía de la liquidación a cuenta, está previsto que se efectúe, como muy tarde, pasado el verano. Quienes se dieron de baja en el registro de Iberclear –la entidad de compensación y liquidación de los valores admitidos a negociación– deberán pedir a su banco que les den de alta de nuevo para poder cobrar. Es la única forma posible de demostrar la condición de accionista de una empresa que lleva 14 años excluida de bolsa.