Los Verdes se disparan en Alemania
Primer puesto endeble de los conservadores de Merkel y descalabro socialdemócrata
Un seísmo político sacudió Alemania en las urnas europeas y propinó con sus ondas un correctivo a los partidos de la coalición de Gobierno –conservadores y socialdemócratas, para estos últimos un descalabro–, al tiempo que elevaba a los cielos del segundo puesto al partido que ha sabido erigirse en heraldo del clima y pescar votos en el descontento hacia los partidos gobernantes: Alianza 90/los Verdes.
El bloque conservador formado por el partido de la canciller Angela Merkel, la Unión Cristiana Demócrata (CDU), y su socio histórico bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera, fue el más votado con el 28,6% de los votos, según las proyecciones de la cadena pública ARD, pero acusó un fuerte desgaste. Esa cifra significa casi 7 puntos menos de lo que obtuvo en las europeas del 2014, que fue el 35,3%.
Sin embargo, lo más dramático fue la caída sufrida por el socialdemócrata SPD, que tuvo un flojo 15,3%, una pérdida de 12 puntos respecto a la cita europea anterior, en la que cosechó el 27,3%. En los últimos meses, el SPD no ha parado de sufrir reveses, primero en comicios regionales, y ahora en los europeos.
Los grandes triunfadores fueron los Verdes, con un 20,9% de votos, un resultado que duplica el obtenido en las europeas del 2014, en que lograron el 10,7%. Esto les permitió arrebatar al SPD su habitual segundo puesto y convertirse en un nuevo Volkspartei (partido del pueblo). Así se llama en Alemania a las formaciones más votadas, que históricamente han sido siempre la CDU/ CSU y el SPD. “Estoy feliz de que hayamos podido tener un Sunday for future”, dijo en televisión el jefe de campaña verde, Michael Kellner, jugando con el lema de las manifestaciones juveniles de los viernes auspiciadas por la activista sueca Greta Thunberg.
Los contritos socialdemócratas tuvieron que encajar otro disgusto, al perder la hegemonía en el land de Bremen, que celebraba ayer elecciones regionales. El SPD lleva 73 años gobernando, en solitario o en coalición, este pequeño estado federado, y ayer logró en torno al 24%, viéndose superado por la CDU, que tuvo el 25,2%. Con todo, la aritmética podría permitir a los socialdemócratas negociar un tripartito para seguir gobernando. Sobre la debacle en las europeas, la presidenta del SPD, Andrea Nahles, admitió su “extrema decepción por la nueva y dura derrota”.
La presidenta de la CDU desde diciembre, Annegret Kramp-Karrenbauer, fue expeditiva. “Este resultado electoral no hace justicia a las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos como gran partido”, dijo anoche en Berlín a simpatizantes. Pero enseguida planteó lo que será ahora la batalla en Bruselas: lograr que el candidato de los populares europeos, el socialcristiano bávaro Manfred Weber, presida la Comisión Europea, algo que no pueden dar en absoluto por garantizado. “Está claro que Manfred Weber tiene que asumir el liderazgo de la Comisión”, pues esa candidatura forma parte de “los intereses de Alemania”, defendió Kramp.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que irrumpió en la Eurocámara en las elecciones del 2014 con el 7,1%, creció ayer al lograr el 10,8%, pero el incremento no propició excesivo entusiasmo en los aludidos. La AfD consiguió el 12,6% hace veinte meses en las elecciones generales, y lo de ayer fue visto como un claro parón de crecimiento. Los liberales del FDP se quedaron con un flaco 5,4%, porcentaje igual al que alcanzaron los izquierdistas de Die Linke.
Unos 64,9 millones de electores estaban llamados a las urnas en Alemania, el país de mayor peso demográfico de la UE, y al que toca el mayor número de escaños: 96 sobre un total de 751. Prueba de la percepción de que estas elecciones eran importantes, la participación subió; fue en torno al 61,5%, cuando en las europeas anteriores fue del 48%.
LA EROSIÓN PROSIGUE
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EL NUEVO ‘VOLKSPARTEI’
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