El conservador Kurz recibe un gran respaldo
El canciller conservador de Austria, Sebastian Kurz, afrontará hoy lunes una moción de censura en el Parlamento, que bien podría suponer su destitución, pero lo hará confortado por su victoria en las elecciones europeas. Según ñas últimas estimaciones, su formación, el Partido Popular Austriaco (ÖVP), obtuvo el 34,5% de los votos, un gran salto respecto a las europeas del 2014. Los medios austriacos sostenían anoche que el resultado del ÖVP podría ser el mayor obtenido jamás por un partido en las europeas desde la adhesión de Austria a la UE en 1995. En segundo lugar quedó el socialdemócrata SPÖ, con el 23,5%, y en tercer lugar los ultraderechistas del FPÖ, que hasta la semana pasada eran socios de Gobierno de Kurz, con un 17,5%, un castigo relativamente leve para el escándalo en que andan metidos.
Todo comenzó el viernes 17 de mayo, al hacerse público un vídeo, grabado con cámara oculta en Eivissa en julio del 2017, en el que el ya exvicecanciller ultra, Heinz-Christian Strache –que en el momento de la grabación no estaba aún en el Gobierno–, se mostraba dispuesto a trapichear con una supuesta millonaria rusa. Strache dimitió, la coalición de conservadores y ultras estalló, y Sebastian Kurz abogó por elecciones anticipadas. Pero la oposición le reprocha haber pactado con la ultraderecha, y de ahí la moción que afronta hoy, presentada por un pequeño partido ecologista, pero que podrían respaldar partidos grandes. Con todo, Kurz llegará hoy al Parlamento revigorizado por su resultado en los comicios europeos.
El escándalo marcó la última semana de campaña, con el presidente del Parlamento, Wolfgang Sobotka, correligionario de Kurz en el ÖVP, diciendo que la moción debía ser el lunes para “dar espacio a la campaña electoral de las europeas”. La oposición lo juzgó una táctica dilatoria. Atención a otro dato: el escrutinio del voto por correo, que en Austria suele suponer un 9% del total, no se contabilizará hasta hoy.