Condenados a muerte tres franceses en Irak
Cadena perpetua para otros tres, todos ellos miembros del Estado Islámico
Tres franceses fueron condenados ayer a muerte en Irak por pertenencia al Estado Islámico (EI). Se trata de Kévin Gonot, Léonard López y Salim Machou, que formaban parte de un grupo de doce combatientes capturados por las Fuerzas Democráticas Sirias y entregados a Irak en febrero, según indicó a Afp un magistrado del tribunal de Bagdad que les ha juzgado. Ahora tienen 30 días para presentar apelación.
Asimismo, dos ciudadanas francesas y un hombre han sido hallados culpables de pertenecer al EI y condenados a cadena perpetua: Mélina Boughedir, de 27 años; Djamila Boutoutaou, de 28, y Lahcène Gheboudj, de 58. El resto de los franceses deben ser juzgados próximamente. Otro tribunal de Bagdad condenó ayer también a 15 años a un ciudadano sueco, asimismo por pertenecer al Estado Islámico.
Léonard López, un parisino de 32 años convertido al islam, utilizaba el nombre de guerra de Abu Ibrahim al Andalusi y formó parte desde inicios de la década de la red yihadista de referencia entonces, Ansar al Haq. En julio del 2015, hallándose bajo control judicial, viajó a Siria con su mujer y sus dos hijos. En el 2018 fue condenado en ausencia a cinco años de cárcel por el caso Ansar al Haq. Había sido cofundador de la asociación Sanabil, dedicada a la radicalización en las prisiones francesas y disuelta en el 2016.
Salim Machou, de 41 años, combatía en la brigada Tariq bin Ziyad, formada por unos 300 europeos. En cuanto a Kévin Gonot, siguió a su padre a Siria (acabó muriendo en Raqa), fue herido en la batalla de Kobane en el 2015 y trasladado a Mosul para ser hospitalizado.
La defensa francesa de Léonard López apelará, junto a su abogado iraquí, alegando “justicia expeditiva” porque “se condena a un ciudadano francés a la pena capital sobre la única base de interrogatorios en las mazmorras de Bagdad”.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian “auténticos riesgos de torturas” y “ninguna garantía de un proceso justo” en Irak. Pero, más allá de esto, los veredictos de ayer podrían relanzar el debate sobre la espinosa cuestión del retorno de los yihadistas a sus países de origen, algo que suscita rechazo en la opinión pública en Europa.